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Noticias de Villanueva de Gállego

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Santa Águeda

Santa Águeda

Santa Águeda o como se dice coloquialmente “Santagueda” es una de las celebraciones más populares en Villanueva desde siempre, de hecho era uno de los pocos días en que se exponía a veneración pública las Santas Reliquias, ya que contiene algunas piezas procedentes de esta joven siciliana de Catania, que vivió en el siglo III y que por resistirse a las solicitudes amorosas del senador Quintianus, que era bastante mayorcito y no va con segundas, sufrió torturas por negarse a satisfacer los deseos del político. Cuentan que llevada a un lupanar o prostíbulo, fue expuesta para que se pervirtiera, Águeda permaneció incólume e impasible (como he dicho cualquier parecido con la actualidad política italiana es pura coincidencia). Quintiliano ya mosqueado ante la situación ordenó que le cortaran los pechos, la respuesta de la que posteriormente sería Santa fue: "Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?

 

Según cuentan, el Etna hizo erupción un año después de su muerte en 250 y los pobladores de Catania pidieron su intervención (la de Águeda) logrando detener la lava a las puertas de la ciudad y no solo eso, la tumba de la mártir tampoco fue afectada. Desde entonces no solo es patrona de su ciudad, sino de toda la isla. Siendo invocada para prevenir los daños del fuego, rayos y volcanes. También se recurre a ella por los males de pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. Es patrona de las nodrizas y en general se le considera protectora de las mujeres y en particular de las enfermeras.

 

En Villanueva era tradicional que las mujeres tocaran las campanas de la iglesia en tal fecha y se hacía un baile en el que las chicas “elegían pareja”. Pero el acto que revestía más trascendencia social era sin duda la comida campestre. Las jóvenes de Villanueva de Gállego marchaban a las riberas del Gállego o a los Pinares para pasar el día en cuadrilla. La foto que publico pertenece a una celebración de Santa Águeda por los años cincuenta del siglo XX. Después las romerías ya incluyeron hombres es decir, las chicas organizaban “todo” y los chicos iban de acompañantes. No solo era una celebración iniciática sino también la practicaban personas mayores, que disfrutaban de la fiesta bajando a cenar a Zaragoza y luego “al Oasis”, siempre en cuadrillas de amigos. Parece ser que ahora ha cambiado la cosa en algunos aspectos, pero seguramente como todas costumbres, se han ido adaptando a los tiempos.

 

 

La celebración de Santa Águeda tiene mucho que ver con las Saturnales romanas, asu vez herederas de las celebraciones griegas. En torno al Dios Baco se reunían las mujeres en secreto en una arboleda del monte Aventino entre el 16 y 17 de marzo. Estos cultos terminaron llamándose “Bacanales” siendo tal el escándalo que producían, que el Senado limitó su celebración ya en el 198 a.C. Precisamente en el sur de Italia tenían estos festejos mayor raigambre. La iglesia Católica no hizo sino adaptar el rito pagano a la devoción cristiana que, sobre todo durante el Franquismo, solapó a la celebración de los Carnavales.

 

Carlos Urzainqui Biel, dia de Santa Águeda de 2011

Abel Bueno Gros

Abel Bueno Gros

Cuando era pequeño e iba a misa todos los domingos, fui monaguillo unos años, siempe me llamaba la atención un cuadro que estaba colocado justo encima del gran retablo del Altar Mayor. Me chocaba además que estuviera lleno de angelitos, era como si estuviera tan saturado el mencionado retablo, (muy recargado de por sí con seres celestiales) que algunos se hubieran salido de él.

Tras una reforma efectuada en el templo a mediados de los noventa, el lienzo desapareció y nunca más de supo de él. Hace unos tres años el párroco de Villanueva me mandó un trabajo peculiar que consistía en fotografíar todas las imágenes que se encontraban en un viejo cuarto tras el coro y allí estaba. Luego en un viejo recorte de prensa leí que representaba «la adoración del niño Diós por los ángeles» en esa misma reseña se decía que Abel Bueno habia demostrado un pincel excelente y buen gusto. «Mil enhorabuenas a dicho señor, a toda su familia y mil votos de gracias en nombre de todos los católicos de este pueblo. Contento puede estar Villanueva de tener un hijo tan agradecido que sabe emplear sus dotes en beneficio de la iglesia en que fue hecho hijo de Diós». La firma del cuadro no deja dudas. “Dedicado a la iglesia de Villanueva de Gállego 21 de septiembre de 1897, Bueno Gros”.

Efectivamente había nacido en Villanueva de Gállego el 20 de septiembre de 1872 su padre, Manuel Bueno Carreras era Secretario Judicial en el pueblo y su madre, Catalina Gros Sabaté, era natural de Villanueva. Fue el hijo mayor de varios hermanos, entre ellos Amalia que vivió toda vida en la localidad. Fue alumno de Tomás Alvira padre, más tarde estudió Bellas Artes en la Academia de San Fernando de Madrid apadrinado por su paisano Francisco Pradilla. Entre 1887 y 1889 escribó un diario de su vida donde anotó sus peripecias pintando las riberas del río Gállego cruzando la barca de Peñaflor.

Con apenas 23 años abrió una academia de dibujo y pintura en Zaragoza, justamente en el número 9 de la entonces llamada “Plaza del pueblo” hoy del Carmen. Este centro de enseñanza funcionó hasta la muerte de su fundador en 1945. Por su estudio pasaron muchas jóvenes que por su extración social no podían tener acceso a la Escuela de Artes. En la puerta del edificio existía una gran placa esmaltada en la que rezaba:

Academia de dibujo y Pintura.

Director Abel Bueno Gros.Profesor con título oficial

Clase especial para señoritas

Dibujo para carreras especiales

Pintura Labores Artísticas.

Dibujo para obreros.

Clases de noche.

Consiguió que el Ayuntamiento de Zaragoza le subvencionara por aquellas fechas con 1.500 ptas. anuales para dar clases a las niñas de las Escuelas Municipales de enseñanza Primaria, previamente seleccionadas por sus dotes artísticas por la Junta local, asistiendo gratuitamente a las clases de su Academia. Hace poco leí que varios pintores sudamericaron se desplazaron a España para aprender de Don Abel.

Impartía dos clases diarias de once a una de la mañana en dos grupos, con un total de cuarenta alumnas y una duración del aprendizaje de tres años. Las enseñanzas estaban orientadas entre otras cosas «al dibujo aplicado a labores de bordado». Las niñas empezaban los estudios a los doce y quince años.

Casado con Manuela Monreal Oliver tuvo varios hijos entre ellos el Cardenal ya mencionado en una entrada anterior e Isabel, una esperanza de la pintura aragonesa fallecida a los 23 años en 1929.

Carlos Urzainqui Biel, 28 de enero de 2011

San Antón y las hogueras

San Antón y las hogueras

Estaba pensando en escribir algo por San Antón cuando una amable lectora me animó a ello y como todos los santos tienen novena pues hay va. El 17 de enero es una fiesta muy tradicional en Villanueva, hace años en cada barrio y en muchas calles era habitual ver las hogueras, alguna de ellas impresionantes por sus dimensiones duraba varios días, como la que hacían un tío mio y sus vecinos en la calle de los Fueros. La completaban con enormes troncos que traían del monte, lo que permitía que ardiera más despacio y aguantara más tiempo. Muy cerca de allí varios críos hicimos una con cañas y restos de un campo de maíz, nos duró media hora. Algunas personas se atrevían a saltarlas, pero no recuerdo que se pusieran patatas asadas y cosas así, aunque es posible claro. No sé cuántas se quemarán en la actualidad pero la que más trasciende es la que organiza cada año el Ayuntamiento.

San Antonio Abad, más conocido por San Antón, nació a mediados del siglo III en una localidad de la región del Alto Nilo llamada Heracleopolis Magna, cerca del Delta. Cuenta la tradición que sus padres eran ricos hacendados de la zona que murieron cuando apenas él contaba 20 años. Dice la historia que poco después de este suceso escuchó unas palabras que Dios le envió: “Vende cuanto poseas y dáselo a los pobres, tendrás un tesoro en el cielo”. Antonio desde entonces vivió hasta los 105 años aislado en el desierto, primero durmiendo en un sepulcro y más tarde entre rocas, tan solo comía pan y sal. Ayudaba a otros ermitaños a sobrevivir en aquellos parajes, lo que hizo que su fama sobrepasara las dunas hasta las de otro famoso eremita llamado Pablo. Se dice que este anacoreta se alimentaba tan solo de una hogaza que le suministraba un cuervo, una vez que le visitó Antón y el pájaro apareció con dos panes en el pico en señal de hospitalidad. Al morir Pablo, Antonio lo enterró con ayuda de dos leones, por eso es patrón de los animales y de los sepultureros.

A lo largo de los 85 años de su vida en que practicó el anacoretismo Antón tuvo numerosas tentaciones pero a todas resistió. Según la iconografía cristiana el cerdito que lo acompaña simboliza el mal, pues en las culturas orientales consideraban a este animal impuro (todavía así lo ven judios y musulmanes). San Antón fue invocado en la Edad media contra los males de la peste, al igual que San Sebastián cuya festividad se celebra cada 20 de enero. Incluso existió una orden hospitalaria que apadrinaba cerdos para que éstos consumieran por las calles los restos que encontraban, llevaban como distintivo una campanilla, como la que suele adornar al que acompaña al Santo. Por tanto la intercesión a San Antón sería para que los animales no transmitieran el mal a los humanos.

San Antón también representaría el viejo tema de la lucha entre el bien que resiste y el mal representado por el cerdito. Las hogueras tendrían un significado purificador, el fuego quema los malos espíritus, significando a la vez fin y principio. Fin del año viejo y principio del año nuevo, en algunos países se celebra el cambio de año quemando lo viejo en hogueras al igual que las Fallas o las hogueras de San Juan. En cuanto a comer productos derivados del cerdo en las fogatas, también vendría a ser una especie de sortilegio.

Carlos Urzainqui Biel, día de San Sebastián de 2011

Cuando la Chata reinó en Villanueva

Cuando la Chata reinó en Villanueva

Fue al final de la tarde de un caluroso domingo de verano, más concretamente el 28 de julio de 1912. Un día antes el alcalde del pueblo (que era republicano radical) había recibido un telegrama del Sr. Gobernador Civil en el que le indicaba el paso de SAR. Doña Ysabel de Borbón Infanta de España, por Villanueva de Gállego. Inmediatamente reunió al Consistorio para comunicar el acontecimiento que se avecinaba. Acordándose por unanimidad un recibimiento caluroso en el Casino de la Unión, donde se le ofrecería un “refrigerio” y al que acudiría la Banda de música del lugar, asi mismo se acordó dar aviso a «todas la autoridades y personas visibles del pueblo a fin de rendir los respetos debidos a SAR.»

La Infanta en cuestión se encontraba realizando un viaje por tierras aragonesas y llego a Villanueva prodecente de Huesca con dirección a Zaragoza. Muchos villanovenses esa tarde no dormirían la siesta y seguramente otros perdonaron las faenas agrícolas de la época relacionadas con la cosecha. Unos por curiosidad, otros por entusiasmo monárquico, el caso es que la multitud se agolpó en la carretera a ver pasar la interminable caravana de automóviles que acompañaba a tan egregia dama, lo cual no dejaba de ser un espectáculo por ese tiempo.

Con una elegante blusa “eliotropo” (violeta), falda gris y sombrero paja con flores, Doña Isabel descendió del automovil siendo recibida por el Alcalde de Villanueva, quien amablemente le ofreció su brazo para ayudarle a subir las escaleras del Casino, este detalle fue comentadísimo en la localidad debido a la filiación política del primer edil y la adscripción monárquica del Centro, tal como me comentó en su día un señor que vivió el acontecimiento siendo niño. Durante su estancia la Infanta entregó al Ayuntamiento la cantidad de 75 pesetas «para distribuir entre los pobres de la localidad». Cifra que fue repartida con ocasión de las Fiestas de las Santas Reliquias entre una lista de 22 personas que pertenecían a la «beneficiencia municipal». Tras esta visita que seguramente no duraría más de hora u hora y media, la Chata abandonó el pueblo.

Isabel de Borbón era la hija mayor de Isabel II, por tanto hermana de Alfonso XII y tía de Alfonso XIII. Fue Princesa de Asturias desde su nacimiento el 20 de diciembre de 1851 hasta 1857. Luego, durante la Restauración de su hermano Alfonso también ocupó este cargo, hasta el nacimiento de la Infanta Mercedes. Contrajo matrimonio con apenas 17 años con el príncipe italiano Cayetano de Borbón dos Sicilias, fue una boda de conveniencia y la novia no fue advertida de que su esposo padecía epilepsia. Cayetano se suicidó en Lucerna en 1871 dejando viuda de por vida a Isabel.

Gran aficionada a la fiesta de los toros fue siempre muy popular entre la población, quien la conocía por el apelativo “la Chata”. Cuando se proclamó la II República las nuevas autoridades no le pidieron que se exiliara en atención a su edad (ochenta años) y por su cercanía al pueblo. Doña Isabel siguió los pasos de su sobrino, muriendo el 23 de abril de 1931 en el convento de Auteuil cerca de París. En 1991 fue enterrada en el palacio de la Granja, lugar al que estaba muy vinculada pues pasaba allí las vacaciones y organizaba tertulias y reuniones. En algun lugar he leido que la Infanta Elena es el miembro de la Familia Real que más se parece a la Chata.

Carlos Urzainqui, 17 de enero de 2011

Manzanete

Manzanete

Se llamaba Nicolás Manzano, o al menos eso parece, pero todo el mundo lo conocía por “Manzanete”. Era el terror de los niños, Herodes a su lado podía haber instalado una guardería. Sobre su vida se había construido una tremenda leyenda en la que por no faltar, aparecía como telón de fondo hasta Millán Astray. Vivía en un humilde granero situado en las escaleras que unen las calles de Santa Catalina y Santa Teresita, de hecho a ese callejón todavía se le conoce como “las escaleras de Manzano”. El lugar más temido por los crios villanoveses entre los años cincuenta, sesenta e incluso setenta del siglo XX. Hoy día al pasar por ese lugar, todavía alguno piensa que va aparecer su figura por entre las puertas la pequeña casita transformada en peña para chavales, lo cual no deja de ser curioso.

Se contaba que fue castigado con una pena de destierro a vivir quinientos kilómetros a la redonda de su casa y que eligió Villanueva por encontrase a esa distancia Campo de Criptana, que de esa localidad manchega era originario (en realidad hay 482 Kilómetros entre los dos pueblos). Se dice que al llegar a Villanueva un agricultor le dio trabajo, comida y techo y que cuando este murió, prometió ir cada festividad de Todos los Santos a fumarse un puro delante de su tumba como señal de agradecimiento, cosa que aseguran algunos haberlo visto hacer. Se contaba que por Navidades siempre había un lujoso coche aparcado en el Puente ancho, eran sus familiares que venían a visitarle. Se rumoreaba que podía haber vivido muy bien pero no quiso saber nada de ellos. Otra historia que circulaba sobre este personaje decía haber sido cocinero del mismísimo Millán Astray, quien era su pariente y valedor.

Pero la historia de Nicolás fue mucho más sencilla que la que tejió su propia leyenda. Como he dicho en alguna otra entrada, en San Juan de Mozarrifar existió una prisión donde se concentraban todos los presos del frente republicano procedentes de Cataluña y el Bajo Aragón. Seguramente Manzano fue un combatiente republicano que iba detenido en uno de esos trenes destinado al campo de concentración de San  Juan, quizás al llegar a la estación de Villanueva vio la posibilidad de saltar del vagón y escapar, cosa que hizo. Ya en tierra se encontró con su protector a quien le pidió ayuda, éste se la prestó y así libre se convirtió en Manzanete. Seguramente por protección se inventó una historia terrible para que nadie le molestara y efectivamente, nadie le molestó o al menos eso parece.

Nicolas Manzano fue el resto de sus días una institución local, temido pero respetado. Los propios vecinos alimentaban una leyenda en la que seguramente nadie creía, pero todos contribuían a alimentarla porque todos sabían que era su refugio. Cuando le perdí el miedo hablé con él alguna vez, me pareció que era de un anticlerial radical tremento pero una gran persona, seguramente con más cultura de la que aparentaba. Solo y muy mayor, el Ayuntamiento se preocupó por enviarlo a la Casa de amparo donde falleció hace unos diez o quince años, rodeado de monjitas que también le querían pero le temían. Que malos ratos nos hiciste pasar Manzano y todo, porque tu vida fue la del exilio interior.

Carlos Urzainqui Biel, Dia de Reyes de 2010

Ya vienen los quintos

Ya vienen los quintos

Una tradición que se repite año tras año, incluso una vez desaparecido el servicio militar, es “la noche de los quintos” que coincide con el 31 de diciembre. Ese día los chavales que cumplen la mayoría de edad, es decir los dieciocho en ese mismo año que termina, se reunen en una cena. Lo que viene después ha ido variando según los tiempos y las modas, claro.

Antiguamente tras esta reunión “inciática” los mozos rondaban las calles del pueblo “robando macetas” y colocándolas en las puertas de aquellas que eran sus novias o sus pretendidas. También solían “arramblar” con todos aquellos trastos viejos que encontraban por la calle y los colocaban en un lugar visible, generalmente en el “Puente ancho”. Me da la sensación que antiguamente con todo este material hacían una hoguera a modo de falla valenciana, en los últimos tiempos que se llevó a cabo tan singular tradición tan solo se dejaban aparentes algun toldo o aparejo de labranza, hoy día esta costumbre ya ha desparecido.

El día de Sabado Santo los quintos volvían a reunirse y se encaminaban a los sotos próximos al río Gállego. Cortaban un chopo y lo trasladaban al pueblo, plantándolo junto a la carretera, siempre en un lugar perceptible a todos. En tiempos se colgaban regalos y los mozos trepaban por el árbol para conseguir sus recompensas, el chopo se sigue haciendo hoy día, pero su plantación se ha trasladado al último día del año. He leido en un libro que se titula La rama dorada, escrito por  Ronald Fraser que esta tradición está muy extendida por Europa y que tiene un origen celta, al igual que otro festejo también desaparecido y que consistía en adornar una galera con ramajes, arbustos y guirnaldas, a la que se engarzaban unas caballerías vistosamente engalanadas, igual que la fotografía que acompaña a esta entrada y que me ha sido cedida amablemente por María Luisa Gaspar. Montados en esta carroza, los quintos volvían a rondar el pueblo acompañados de la música, recogiendo generalmente alimentos para una merienda, este acto era muy tradicional durante las Fiestas patronales y se vino celebrando hasta mediados del siglo XX, viniendo a ser un antecedente al actual desfile de carrozas y creo que se llamaba “La llega”. He oido que, en algun momento dado, los quintos eran los encargados de ejecutar el Dance durante las Fiestas y por tanto, los sufridores de los acerados dichos que les dirigía el Mayoral o el Diablo.

Otro evento, pero este revestía más oficialidad, era la talla en el Ayuntamiento. No solo era un trámite para iniciar la movilización castrense, sino también era el momento en que el consistorio aprovechaba para echar alguna reprimenda a los futuros soldados si habian tenído alguna actitud negativa en sus celebraciones. El día del sorteo también revestía cierta solemnidad y los futuros soldados madrugaban para recorrer la distancia entre Villanueva y Zaragoza andando y así enterarse que destino les había tocado en suerte. Hasta hace unos años la celebración era solamente masculina a la que se han unido, de un tiempo a esta parte, las Quintas y todavía hoy, las señoras quitan los toldos de las puertas en el atardecer del 31 por si acaso.

Como he dicho la fotografía me ha sido cedida por María Luisa Gaspar y parece ser, fue tomada a mediados de la década de los veinte del siglo pasado en el Bario Bajo de Villanueva. Obsérvese que uno de los personajes que aparece en la imagen porta en sus manos un instrumento musical parecido a una gaita o un chiflo.

Carlos Urzainqui Biel, 29 de diciembre de 2010

Un Pinar en los depósitos

Un Pinar en los depósitos

Los días 19, 20 y 21 de febrero de 1958 se llevó a cabo una original plantación de árboles en Villanueva por los niños y niñas de las Escuelas Nacionales y del Colegio del Frente de Juventudes (Hogar rural). El lugar elegido para la siembra se encontraba a la salida del pueblo en dirección Huesca, en el margen izquierdo de la carretera. Justo en una ladera que separa los depósitos municipales y en terrenos cedidos por el Ayuntamiento. En total se plantaron en esos días 2.000 pinos, 200 olmos y 500 tuyas (una especie de ciprés que recibe también el nombre de “árbol de la vida”), dentro del llamado plan para la creación de “Cotos Escolares de Repoblación forestal”.

Según una noticia que recogió la prensa zaragozana, el domingo 23 y después de la misa mayor a la que asistieron la Corporación Municipal en pleno, al frente de su alcalde don Plácido Yera Torres. Junta Local de Enseñanza Primaria, representaciones de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, Distrito Forestal y otras entidades de la localidad se dirigieron con el señor cura párroco, don José Royo Ramo, y los protagonistas de la repoblación guiados por sus maestros, al lugar donde se hallaban las mencionadas plantaciones. El sacerdote procedió a la bendición de los terrenos y seguidamente exhortó a los niños a seguir con la tarea en bien del árbol «que es la mayor riqueza que el hombre pueda tener, consiguiendo de esta manera hacer a los pueblos más hermosos y más atractivos, más interesantes, más bellos y también más ricos» terminó el cura su alocución dando gracias al Ayuntamiento por su colaboración en bien de la repoblación forestal.

Una vez terminados los actos, el Ayuntamiento obsequió a los niños y niñas de las siete escuelas, que ya entonces existían en la localidad, con bolsas de caramelos. Por otra parte el Alcalde solicitó de profesores y alumnos «cuidar con gran esmero los árboles que se habían bendecido, para seguir con el ofrecimiento premios para el próximo año a los que más se distinguieran en aquellos lotes que se hallaran más florecientes y mejor cuidados».

Parece ser que cada niño tenía asignado, a modo de pradinazgo, un número determinado de árboles a los que cuidar con la obligación, cada determinado tiempo de regar, limpiar y mantener. La política medioambiental en sí dio buen resultado, de hecho creció un importante pinar junto a la carretera, justo debajo del Tinajón. Con el tiempo el lugar se convirtió en un parque al que incluso le colocaron algún que otro banco y unas escaleras de cemento en mitad del bosquecillo, era en definitiva un lugar agradable, simpático, con cierto romanticismo que se había convertido en un sitio representativo de Villanueva de Gállego. Incluso algun vecino continuaba la labor que habían iniciado aquellos niños años antes.

En un momento dado y de eso no hace mucho, hubo pinos que fallaron y se cayeron, el agradable lugar se convirtió en peligroso y fue entonces cuando alguien decidió arrancar todos los árboles que se encontraban entre las mencionadas escalerillas y la entrada del pueblo, quedando la otra mitad y un solar desangelado donde antes, como había dicho el cura, había un lugar atractivo.

Carlos Urzainqui Biel, 17 de diciembre de 2010

Foto: lo que queda del pinar en los depósitos.

Avelino Casalé Guillén

Avelino Casalé Guillén

En la entrada nº18 hablaba de la rondalla de Avelino Casalé, en ésta me referiré a su persona. Nació en Villanueva el 18 de junio de 1891. Su padre, Fernando, era peluquero en el pueblo. Avelino obtuvo en 1918 el título de practicante y comadrón por la Universidad de Zaragoza, compatibilizando sus estudios con un trabajo como contable en la Sociedad Española del acumulador Tudor. 

Según me cuenta su hija Carmen fue un músico autodidacta, llegando a aprender y dominar varios instrumentos de cuerda como la guitarra, bandurria, laud, etc. Casado con Felisa Benedí Luengo tuvo tres hijas, de las cuales tan solo sobrevive Carmen, quien recuerda como su padre conoció a Fleta y con quien llegó a ejecutar como acompañante.

Debía ser bastante joven cuando creó la rondalla, al menos ya a principios del siglo XX existía en Villanueva una “orquesta de pulso y púa”. Solían actuar siempre en el pueblo y más asiduamente en el casino Republicano primero y la Unión Villanovense después. No solo ofrecían conciertos y pasacalles, sino también bailes. Su mujer también cantaba bastante bien y Carmen, recuerda como ella misma interpretó “Francisco Alegré” a la edad de nueve añitos, acompañada por los músicos de su padre.

De ideas republicanas era el practicante de la Sociedad de socorros mutuos, me cuentan que cada abonado a esta entidad pagaba 25 cts., mensualmente por atención primaria. Precisamente “cobrando la iguala” por sus servicios en este Centro, le sorprendió el 18 de julio. Avisado por su hija Pilar de que habían ido a buscarle a casa, Avelino en lugar de escapar volvió para ver qué pasaba, se despidió de su mujer y huyó al monte sin olvidar su maletín de practicante, por si hacía falta. Después de estar un tiempo en los pinares pasó al lado republicano, donde estuvo atendiendo a los heridos primero en el frente y después en un hospital de Barcelona. Cuenta Carmen que su madre supo que estaba vivo gracias a una fotografía de ella misma que la mandó por la Cruz Roja, desde entonces les escribía como si fuera un primo hermano. Mientras tanto les habían impuesto una multa de 2.000 ptas., como contribución al bando nacional. Recuerda también que hubo italianos en su casa y que siempre le llevaban galletas, tenía 9 meses cuando Avelino tuvo que exiliarse.

Al finalizar la Guerra Casalé estuvo en el campo de concentración de Argelès sur mer y más tarde en Ajacio (Córcega). En 1949 se reunió con su familia en Canfranc, donde vivió un episodio casi rocambolesco, retornando de nuevo a Francia. Durante su exilio continuó con su vocación y su trabajo, ejercía de barbero para todos los españoles que había en aquel tiempo exiliados y consiguió una bandurria gracias a una donación de 3.000 ptas. Volvió a formar un grupo, esta vez con otros cuatro exiliados que animaban las fiestas de los españoles, reuniones que también llegaron a ser controladas por la policía española. Aunque estuvo en Zaragoza cuatro años antes de su fallecimiento, Avelino no retornó ya a Villanueva, murió el 18 de septiembre de 1968 en París a la edad de 77 años. Su hija todavía conserva el material quirúrgico que le acompañaba siempre y con el que salió de casa aquel lejano día del verano de 1936.

Carlos Urzainqui Biel, 6 de diciembre de 2010

-- Entrega nº 22 de Villanueva.script, una serie realizada en exclusiva para NdV

Señal de Roque

Señal de Roque

Ultimamente se está poniendo de moda recuperar refranes que hablan sobre el tiempo meteorológico (serán cosas del cambio climático). Es curioso pero cada pueblo o comarca tiene sus refranes típicos en este sentido, generalmente relacionados con algún accidente geográfico próximo. Es el caso de Monte oscuro, con este nombre se conoce a la sierra de Alcubierre en Villanueva y los pueblos del valle del Gállego, seguramente por la tonalidad negruzca que se aprecia de sus laderas, pobladas de sabinas. Dicen los agricultores villanovenses:

Cuando Monte oscuro lleva sombrero,

Hasta el más pesado, corre ligero

Según la tradición esto es una señal inequívoca de que va hacer cierzo. El sombrero son las nubes que se posan sobre San Caprasio. Este fenómeno puede deberse a la evaporación de las aguas del Gállego y el Ebro que es barrida hacia el Este, formando nubes a la altura de la sierra sierra de Alcubierre y por eso, es preludio de que “va hacer aire”. Dicen los más observadores que este aviso ultimamente falla bastante.

Otro aliciente atmosférico visible desde antiguo por los hortelanos de Villanueva es la llamada “Señal de Roque” o como se dice en fabla:

Guara degollau

Zaragoza chipau

Consiste la mencionada señal en lineas de nubes que bajan por la sierra de Guara, envolviendo sus estribaciones poco a poco con la neblina, se dice que este efecto preludia lluvia. Es poco corriente en los últimos tiempos y también poco fiable pero, según cuentan los abuelos, antiguamente era infalible. Cuando veían estas formaciones nubosas procedentes del Pirineo, cargadas de humedad, que entraban en contacto con las capas bajas de la atmósfera posándose sobre la sierra, era señal clara y segura de que iba a caer agua. Hay personas que han visto este mismo fenómeno en Monte oscuro, con idénticas consecuencias.

Hace poco me contaron otro refrán referente a la lluvia: “Aire de Pina trae lluvia fina”. La localidad de Pina se encuentra a cuarenta kilómetros Ebro abajo, el aire que sopla de esa dirección (sur/este) es cálido, casi bochorno. Al entrar en contacto con las capas frias que vienen del norte, favorece las precipitaciones. Las tormentas También tienen sus presagios, se dice que las peores son aquellas que atraviesan el rio Gállego, en las casas se encendían velas para que esto no sucediera. Más que atravesar la tormenta el cauce se produce una fuerte evaporación que, en contacto con las nubes que cargadas de humedad que proceden del oeste, descargen precipitaciones abundantes. A veces he oido: “a ver si escampa que tengo que regar” este comentario que parece un contrasentido no lo és, de hecho existe un refrán que dice: “agua de lluvia, no quita riego”. Parece ser que el efecto no es el mismo en la tierra si se riega a manta o si se riega por aspersión.

Existen refranes curiosos como “Mañanas de niebla, tardes de paseo”. Las nieblas matinales, cuando se levantan, suelen dar paso a tardes soleadas. “Tres días de rosada, uno de aguada”. La rosada es la escarcha invernal, mientras que la aguada se produce en verano y viene a decir que en la tierra, tres días de escarcha producen los mismos efectos que uno de rocío en verano. Pero existe un refrán meteorológico que me gusta por el sentido de humor socarrón que posee, me lo contó hace años un amigo y dice así:

Cuando la picaraza

Canta alegre en el soto

O llueve, o avienta

U hace un tiempo u otro

 Carlos Urzainqui Biel, 29 de noviembre de 2010

Fotografía: El nuevo Tinajón con Monte oscuro al fondo

El yayo Fanio

El yayo Fanio

Evaristo Bernal García nació en Villanueva el 25 de octubre de 1862, era hijo de Mariano y de Petra. Militar de profesión se sabe que estuvo en Cuba, sirviendo en el “Castillo de la Cabaña” en la Habana hacia 1896. Por sus servicios en esta guerra fue condecorado por Alfonso XIII en 1902 con la Medalla militar de 3ª clase. De regreso a España prestó servicios como músico militar en el Batallón de Cazadores de Álava. Fue en Vitoria donde conoció a su mujer, Estefanía Ibáñez, con quien tuvo un hijo que seguiría los pasos de su padre, pero moriría jóven. Más tarde formó parte de la música del Gobierno militar de Zaragoza, puesto en el que se jubiló.

Un alumno suyo, llamado Francisco Porta, recuerda de él que era una persona muy recta y estricta como profesor, había que estar a la orden y a la hora en el más puro estilo castrense. Si dabas una nota mal había que repetirla las veces que hiciera falta hasta que salía correctamente. Escribía música y realizaba arreglos para que sus educandos entendieran todo a la perfección, era un hombre que vivía la música.

El aprendizaje se realizaba en un par de meses de academia con solfeo e instrumento. Inmediatamente salían a tocar tanto al baile como a los pueblos. Tras la Academia, los más jóvenes pasában a ensayar con los mayores. Los ensayos se llevaban a cabo en el escenario del salón de baile del Casino, se realizaban dos veces por semana y si alguno quería repasar en su casa se llevaba el papel, pero eso ocurría pocas veces. Éstos duraban desde las nueve hasta las once de la noche, ejecutando cada pieza hasta que sonaba correctamente.

Personalmente tengo una anécdota de Evaristo Bernal, vivía en la misma casa que mis abuelos. Mi madre, siendo una niña le llamaba “yayo Fanio”. El director poseía un enorme piano de cola que entusiasmaba a élla y en cuanto podía se sentaba delante de él, levantaba la tapa y comenzaba jugar con las teclas, Evaristo le enseñó algo de solfeo pero la muerte de éste, ocurrida el 28 de febrero de 1938, la dejó sin maestro.

La primera noticia que he recogido sobre la dirección de Bernal en la Banda data de 1905. El 10 de diciembre de ese año el Cardenal Soldevilla giró una visita pastoral, con tal motivo la banda dirigida por él ejecutó durante la comida, ofrecida al prelado, numerosas composiciones musicales entre las que destacó la prensa del momento el preludio del Anillode Hierro y la Retreta Austriaca. Otra noticia que recogió Heraldo de Aragón sobre la banda fue el 8 de enero de 1907, con motivo de un festival organizado en el Casino de la Unión de Villanueva: «Una hora antes de la señalada para dar principio era en el de todo imposible penetrar en el salón debido a la gran afluencia de socios, que acompañados de sus respectivas familias, había”. A petición de todos los concurrentes al acto fue ejecutada la jota aragonesa y el simpático joven Maximiano Castán, nos dejó oir una bonita colección de cantares”.

La fotografía corresponde a la Banda de Evatisto Bernal hacia 1915.

Carlos Urzainqui Biel 22 de noviembre (día de Santa Cecilia) de 2010.

Mañana lunes, NdV publicará la 20ª entrega de la serie Villanueva Script

NdV publicará mañana una entrega especial de la serie Villanueva.script. Será especial por varios motivos: con ella son ya 20 los artículos firmados por Carlos Urzainqui y porque servirá para rendir homenaje a Santa Cecilia, patrona de los músicos, al estar dedicada al que fuera director de la Unión Musical de Villanueva, Evaristo Bernal García.

Villanueva.script es ya una referencia imprescindible para acceder de una forma amena a multitud de historias, datos, anécdotas y curiosidades sobre nuestro Villanueva y los villanovenses. 

Más leyendas sobre Aula Dei

Más leyendas sobre Aula Dei

Hace unos días escribí sobre los pasadizos que conducen a la Cartuja de Aula Dei, pero hay más leyendas sobre este monasterio. He leído recientemente en la prensa que va a salir un libro que habla sobre la huida de Hitler, tras la II Guerra Mundial, a Argentina. Según su autor el Fhürer no se habría suicidado en el bunker de la Cancillería sino que logró huir, siendo la figura que aparece muerta en las fotografías un doble.

La leyenda sobre la fuga de Hitler es casi tan vieja como el final de la Guerra, siendo su destino generalmente América y en especial la zona sur del Continente, donde por otro lado se refugiaron muchos nazis alemanes. Todas estas historias coinciden siempre en un mismo punto geográfico, España. Según la obra mencionada el Fhürer habría llegado a Barcelona procedente de Austria y, tras atravesar el norte peninsular, se embarcó en un submarino que lo llevó a Bariloche, en Argentina, donde había una de las muchas colonias alemanas del "Cono sur".

Sí que es cierto que muchos nazis escogieron España para poder huir a otros países y que fue Perón quien organizó una red para trasladarlos. Otros sin embargo se quedaron en el Levante español, sobre todo en Andalucía. Yo mismo oí una leyenda que circulaba en los años sesenta según la cual, Franco ofreció refugio en España a Hitler y este aceptó. Eligiendo como residencia, a modo de purgar sus pecados, la Cartuja de Aula Dei por ser este un lugar seguro ya que, al estar allí era muy difícil localizarle y además había perdido su nombre original. Lo cierto es que la leyenda está ahí aunque conociendo al personaje creo que su estancia sería difícil.

Otro de los mitos que circulan sobre la Cartuja dice que no se permite la entrada de mujeres y que en cierta ocasión, durante una visita de la Reina de España, al marcharse quitaron todas las baldosas por donde ella había pisado.

La única reina de España que ha pisado Aula Dei es Doña Sofía y lo hizo con motivo de la restauración de las pinturas de Goya el 11 de noviembre de 1998. Por cierto, es la única mujer que no precisa bula papal para entrar en el reciento. Anteriormente visitaron el monasterio, con la correspondiente autorización del Pontífice la Infanta Isabel de Borbón en 1912, la pintora Teresa Grasa, que a finales de los setenta llevó a cabo una de las muchas restauraciones de los frescos goyescos en compañía de su marido Carlos Bardoza y una secretaria judicial en 1995.

Volviendo a los dictadores, la primera esposa de jefe de estado español que entró en una cartuja fue la mujer de Franco, Pilar Polo, lo hizo en un cenobio de la provincia de Burgos.

Conchita Pisa, que vivió en la torre de Lindar y del Pino de pequeña, me cuenta que los cartujos solían darle chocolate que fabricaban ellos mismos, y también vendían a los campesinos rosarios confeccionados con pétalos de rosa. Cuando salían de paseo había días que podían hablar y otros no, en esos días no podían ni siquiera pedir un vaso de agua y saludaban a la gente levantando el brazo siguiendo su camino.

Carlos Urzainqui Biel, 14 de noviembre de 2010.

-- Entrega nº 19 de la serie Villanueva.script, en exclusiva para NdV

La rondalla que rondó con Miguel Fleta

La rondalla que rondó con Miguel Fleta

Rondalla viene de ronda, para unos se trata de un vocablo de origen latino mientras que para la RAE. proviene del árabe rubt o rapita. La palabra en sí tiene un significado eminentemente castrense y medieval, pues hace referencia a la parte exterior de la muralla o el camino que rodea la población. La calle Ronda en Villanueva, se ha llamado siempre a la circunvalación que parte de la plaza de la Estación y rodea el bario Alto hasta la calle Zaragoza. Para don Roque Barcia, en su Diccionario enciclopédico editado en 1882, rondalla es en Aragón la “ronda de mozos” que por la noche se dedican a cortejar a las jóvenes de la localidad. Para mí existe otra acepción que es aquella en la que los “quintos”, también acompañados por música, recorren las calles recogiendo alimentos para organizar una fiesta, seguramente es un recuerdo de las antiguas cuadrillas que velaban por el sueño de sus convecinos o de los soldados que iban a la guerra. Por tanto rondas y rondallas en las tierras del Ebro en general y en Villanueva en particular han existido siempre.

Las primeras noticias documentadas sobre la existencia de una rondalla en Villanueva están recogidas en las actas del Casino Republicano Radical  hacia 1908 cuando se cita a los “tañedores” que intervinieron en un baile con música de cuerda y a quienes se les abonó 6 ptas. en un concierto. La voz de Aragón también se hace eco, durante las Fiestas patronales celebradas en 1926, de la mencionada Rondalla “que animaba los bailes del casino Unión Villanovense”. Estaba dirigida por don Avelino Casalé y la componían nueve ejecutantes que se llamaban Pablo Acín, Fernando Biel, Modesto París, José Gil, Manuel Gracia, Victorio Vicente, Pedro Casanova, Casimiro Sánchez, Victor Morte Francisco López y Joaquín Acín. Yo llegué a conocer a este último integrante quien me contó que había acompañado de ronda al mismísimo Fleta en 1917, año que participó en el concurso de Villanueva y que fue seguido por el auditorio con un rotundo silencio mientras ellos le hacían el acompañamiento.

Con motivo de la inauguración de las Escuelas Municipales, el 30 de marzo de 1927, el grupo volvió a intervenir, esta vez acompañando a los cantadores Amalia Zapata y Mariano Cebollero quienes entonaron la siguiente jota:

Al gobernador le honra

Su visita a Villanueva

Porque demuestra que quiere

Que haya despensa y escuela

(Anótese el famoso eslogan regeneracionista de Costa “despensa y escuela”. El Gobernador civil de Zaragoza en esas fechas era el General Montero de Torres, que no asistió al acto y sí un representante).

 En Zaragoza querían

Un alcalde salvador

Al señor Allué pusieron

Que va ser su redentor.

(Allué Salvador fue alcalde de Zaragoza durante la Dictadura de Primo de Rivera)

 En cierta ocasión prestaste

Tu apoyo a Villanueva

Y hoy el pueblo agradecido

Te dedica sus escuelas

(Don Miguel tenía una importante vinculación familiar con la localidad a través de su suegro, y parece ser ayudó en la construcción de su Ayuntamiento).

Fotografía: rondalla de Avelino Calasé publicada en el diario La voz de Aragón en septiembre de 1926 (HMZ.)

Carlos Urzainqui Biel el día de San Carlos Borromeo, 4 de noviembre de 2010

-- Entrega nº 18 de Villanueva.script, una serie realizada en exclusiva para NdV.

El alcalde de Villanueva en 1808

El alcalde de Villanueva en 1808

La Guerra de Independencia tuvo un impacto tremendo en Villanueva de Gállego. Valga como referencia de esto la cifra de población la cual, justo después del segundo sitio de Zaragoza, se vio reducida a la mitad. Por tanto no es extraño que de este período nos hayan llegado numerosas historias y leyendas de las cuales, la que más me ha atraído desde siempre es la que voy a contar. A casa de un labrador honrado de la localidad acudía todas las noches un soldado francés «más grande que un mallo» quien dejaba sin cena a la familia y pretendía a la hija del dueño de la posada. Una noche, harto de estos abusos, el padre de la jóven esperó al gabacho detrás de la puerta y cuando éste entró le asestó tal “astralazo” que lo “desnucó”. El aragonés arrastró el cuerpo del infortunado a la cuadra, siendo en este instante cuando aparecen dos versiones y la historia se convierte en leyenda: una de ellas dice que a la mañana siguiente arrojaron al muerto a la acequia de Zuera, donde apareció (era tan grande el militar, que “entibó” el cauce y el agua se desbordó). Encontrado por sus compañeros convocaron al pueblo en la plaza y preguntaron ¿Quién había sido? al no responder nadie tocaron a degüello, teniendo que huir el vecindario despavorido hacia el monte. Otra versión, que es la que más he oido, dice que al día siguiente el padre y uno de sus hijos llevaron el cadáver en un volquete a la “hera” y bajo una “femera” lo enterraron. Aun existe una tercera versión que dice fue emparedado y años más tarde apareció en una casa al derribar un tabique.

Sea como fuere la leyenda parece extraida de una obra de Calderón de la Barca, por eso el título parafraseando al edil de Zalamea, aunque en Villanueva no se trataba del Alcalde. Hay que decir que tiene cierto significado atávico. Era costumbre en los pueblos de la ribera del Gállego arrojar a los “forasteros” a la acequia, bien a modo de “bautismo civil” o como forma de echarlos del lugar. El labrador arroja al francés a la acequia para expulsar algo extraño, algo que no quiere volver a ver.

Los mitos tienen en sí cierta base real que sustancia su interpretación posterior y algo de cierto debe tener esta leyenda pues un amigo me contó, que hace muchos años un tío suyo se encontraba arreglando una casa de su propiedad cuando al excavar, para hacer una toma de agua, apareció un uniforme militar del siglo XIX, unos huesos y algo que parecía metal ya oxidado, seguramente habían encontrado al francés que habían enterrado y no emparedado, en aquel lugar. La casa en la época de los Sitios no existía porque entonces era extramuros del pueblo, con lo cual parece confirmarse la historia de enterrarlo bajo un montón de “fiemo” (hecho cargado también de cierto simbolismo).

Y es que la leyenda en sí cobra cierto sentido relacionándola con lo ocurrido realmente. Una de las medidas revolucionarias que impuso Napoleón entre sus tropas fue la exigencia de que éstas convivieran con la población ocupada, como vehículo para exportar los principios de la Revolución Francesa principalmente (antes de este hecho los militares tan apenas entraban en contacto con la población civil). La presencia del Ejército napoleónico en Villanueva se focaliza sobre todo durante el segundo sitio, cuando el Marisal Gazán establece un importante cuartel militar al mando de casi diez mil hombres, en un lugar que por entonces tan apenas poseía setecientos habitantes. Por desgracia ya no quedan muchas casas antiguas en Villanueva pero, vayanse a saber qué sorpresas nos pueden deparar las pocas que aún quedan.

NOTA: Leyendas de este tipo están bastante extendidas por toda la geografía aragonesa, en otros lugares el francés es “encerrado” en una cuba de vino.

La fotografía corresponde a la calle donde, según me han dicho, aparecieron los restos del soldado francés.

Carlos Urzainqui, 28 de octubre de 2010

Todos los túneles conducen a Aula Dei

Todos los túneles conducen a Aula Dei

Hace unos días alguien me sugirió la idea de escribir algo sobre los interminables pasadizos que, según se cuenta, cruzan el subsuelo villanovense. Es cierto que en el Barrio bajo de Villanueva existían grandes casas solariegas, en la mayoría de los casos su posesión correspondía a las villas campestres existentes en el término, siendo ocupadas temporalmente cuando sus moradores tenían que subir al pueblo para realizar alguna gestión. Estas casonas tenían a su vez enormes bodegas, hoy día gran parte de estos edificios ya no existen y los subterráneos se encuentran compartimentados o tabicados entre varias viviendas, en su mayoría de nueva edificación. Estos caños son quizás el único resto de ese pasado, ofreciendo a quienes lo contemplan una sensación de misterio ya que, al estar separados de la casa del vecino por una pared nueva, dan la sensación de enigma tras el muro. Otra cosa a tener en cuenta es que los recorridos sutberráneos nos pueden parecer muy largos y a la vez ser cortos y que un trayecto prolongado es difícil si no hay ventilación.

Se dice que el pasadizo es tan largo que atraviesa la calle de Pradilla y se prolonga hasta Aula Dei. Esta leyenda del túnel que lleva a la Cartuja está muy extendida y casi todos los propietarios de torres y casa de campo con los que he hablado me han hecho la misma pregunta, tanto en Villanueva como en San Juan. ¿Es cierto que desde la torre hay un pasadizo que comunica con la Cartuja, y que según cuentan, por él circularían los monjes para atravesar el río llegar a este lado?

Una explicación a esta historia habría que buscarla en los paseos que hasta hace muy poco realizaban los cartujos por la huerta (realmente lo hacían cruzando el el azud de Urdán). Antiguamente la presencia de éstos, con sus largos hábitos, sombreros de paja, sus barbas y su aspecto extraño y misterioso impresionaría a los más pequeños, a quienes se les advertía para que no se aventuraran por los subterráneos, ya que si aparecían en la Cartuja jamás regresarían a casa y si lo hacían, lo harían vestidos de esa manera, o lo que podía ser peor, que en uno de esos viajes se encontraran con un monje. Por tanto sería una manera de controlar a los más jóvenes.

Un tío mío (primo de mi abuela) era torrero en la casa Lindar y éste, cuando yo era pequeño y los visitaba algún domingo con mis abuelos, me advertía que no me asomara a un tremendo pozo, que todavía existe, no fuera que apareciera por allí algún cartujo pues él, había visto a uno de ellos salir por aquel mismo lugar esa semana.

Como he dicho, hace unos años los habitantes de Aula Dei solían atravesar el azud y llegar hasta San Juan y Villanueva, hablaban con los labradores e incluso pedían agua a las mujeres en las casas. En cierta ocasión me contaron que llevaban planos y que miraban éstos de vez en cuando, seguramente para orientarse. Algunos aseguran que buscaban sus antiguas propiedades, que les fueron arrebatadas durante la Desamortización. Lo cierto es que los cartujos llegaron a tener algo, no mucho, tanto en Villanueva como Zuera y San Mateo.

Ahora bien, la idea de un largo túnel que atraviesa la huerta, cruce el Gállego y llegue hasta la Cartuja es bastante improbable, pero por si acaso no conviene entrar en ningún agujero, no nos vaya a aparecer algún cartujo.

Carlos Urzainqui Biel, 22 de octubre de 2010.

-- Nº 16 de la serie Villanueva.script, en exclusiva para NdV

El campo del Judío

El campo del Judío

La toponimia en algunos casos constituye una auténtica fuente arqueológica pues la denominación de un determinado lugar, paraje o edificio, puede indicar la existencia en ese sitio de una actividad vital de pasado que en la mayoría de los casos hoy día nos es desconocida. El término municipal de Villanueva está plagado de parajes con reminiscencias a ese pasado tanto en el monte como en la huerta, y que nos hablan del devenir de este pueblo a lo largo de los siglos.

En el monte todavía se levantan los restos del llamado "corral de los curas", situado en paralelo al kilómetro 7 de la carretera de Castejón y en el centro de la Val, este mote seguramente le viene por la posesión eclesiástica que sufrió en tiempos, al igual que el corral y torre de Guallart. Quizás a esta zona se refiere un documento de principios del siglo XIX donde se dice que en dicho lugar se encerraba el ganado "del Capítulo eclesiástico de Zaragoza" o, lo que es lo mismo, la Archidiócesis Cesaraugustana. Muy próximo a la torre mencionada se encuentra el "Campo grande". Descripción que hace referencia a una parcela de tierra de labor que en tiempos constituía una centuriación romana. Estas consistian en una extensión cuadrangular de aproximadamente 100 metros por 100 metros, gracias a la visiones por satélite que reproducen en internet todavía es posible observar restos de estas cuadrículas en la huerta villanovense. Sin alejarnos de la histórica torre de Juncería pero en dirección al río Gállego se encuentra otro campo, llamado "del pino". Conocido por este nombre gracias a que en sus ribazos se encontraba un árbol de considerables dimensiones y que, según me contó en su día un señor ya mayor, bajo su sombra se colocaban los músicos cada cinco de marzo durante la celebración de la popular romería que se celebraba ese día, el pino en cuestión desapareció a consecuencia de un rayo.

Existen referencias también que hacen mención a antiguos usos comunales de la tierra, en su mayoría provenientes de la Edad Media. El "Vedao" (lugar acotado o cerrado). Las "Suertes" (lotes de tierra asignados por sorteo). El "Prao" (zona comunal de pastos). Los "Royales" (lotes de tierra entregados por el Rey a los colonos que se establecieron en Villanueva, etc.

Otros hacen mención al destino de sus rentas como "el campo del maestro", "Santa Ana", "La Virgen", etc. Antes del período desamortizador los beneficios de estas tierras iban destinadas al maestro o a las cofradías correspondientes. Hace unos meses alguien me preguntó por la tradición vinícola de Villanueva y yo le contesté que todavía existe un término en el monte que se llama "Cruz y Viñas", entre el pueblo y la urbanización de Las Lomas, y en la huerta existen "los majuelos", que también hacen referencia a determinados campos utilizados para el cultivo de vid o plantados con viñas nuevas tras la roturación.

En la zona conocida por "La Virgen" o "el Vergel" se encontraba la ermita de Burjazud. Para acceder a ella se hacía por el puente "del ojo de la muela". En documentos del siglo XII se hace referencia a la "Almenara de Burjazud" como límite norte de la Juncería; es posible que esa almenara o molino se encontrase en dicho lugar ya que, tal como dijo en su día Manuel José Pedraza, la denominación de la muela puede hacer referencia a la existencia en tiempos de un molino.

Pero hay un término que siempre me ha llamado la atención y ese es el llamado "campo del Judío". A pesar de alguna publicación que he leído, no me consta la existencia de ninguna aljama en Villanueva, ni tampoco de comunidad hebrea. No sé si se refiere a un mote o apodo o si en realidad pudo ser propiedad de alguien con esa procedencia. Lo cierto es que el campo existe y se encuentra en la intersección del Prao y el lindero norte del de la Virgen, junto a la acequia de Rasilla (por cierto, esta denominación se refiere a un tipo de ladrillo bastante costoso y que parece ser se empleó para la construcción de su nacedero).

--Fotografía: Vista de restos de una centuriación junto a la torre del Bayle, tomada desde Google heart.

Carlos Urzainqui Biel, 16 de octubre de 2010

Nº 15 de la serie Villanueva.script, escrita en exclusiva para NdV.

Un hijo adoptivo muy singular

Un hijo adoptivo muy singular

El que fuera durante muchos años cardenal arzobispo de Sevilla, José María Bueno Monreal, nació en Zaragoza el 11 de septiembre de 1904. Tras sus estudios eclesiásticos en el seminario de esta ciudad se doctoró en Teología y Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana y más tarde en Filosofía por la Pontificia Academia de Santo Tomás en Roma. También era Licenciado en Derecho por la Universidad Central de Madrid, donde ejercició como canónigo y profesor de su seminario. Fue obispo en Jaca durante la posguerra, en los años cincuenta pasó por la diócesis de Vitoria y en 1957 creado cardenal arzobispo de Sevilla por Pío XII. El cardenal Bueno Monreal falleció en Pamplona el 20 de agosto de 2987, siendo enterrado en la catedral hispalense bajo una sencilla losa de mármol blanco en la capilla de San José.

Su vinculación con Villanueva viene por parte de su padre, Abel Bueno Gros. Pintor de vocación, montó en 1892 una academia de dibujo y pintura en la "Plaza del Pueblo" (actual plaza del Carmen) de Zaragoza, llegando a tener gran prestigio ya que en ésta se formaron muchos artistas tanto nacionales como extranjeros. Debía ser bastante polifacético, pues dirigió la revista aragonesa La Enseñanza Privada. Hasta hace pocos años, sobre el retablo del Altar Mayor de la iglesia parroquial de Villanueva, se encontraba colgado un cuadro pintado por don Abel en el que se representaba "la adoración del niño Dios por los ángeles".

El domingo 10 de mayo de 1959 José María Bueno Monreal recibió el título de "Hijo adoptivo de Villanueva de Gállego". Con tal motivo se levantaron "varios arcos de triunfo" y, en el momento de su llegada, comenzaron a voltear las campanas y sonar las bombas reales a los acordes de la "Banda de música" que condujo a la comitiva hasta la iglesia parroquial donde se cantó una "solemne Salve". Una vez finalizada la ceremonia el Cardenal "dio a besar su anillo a todos los fieles en número superior a los dos mil quinientos, durando el besamanos más de una hora". Ya en el Salón de plenos del Ayuntamiento se llevó a cabo el acto de entrega por parte del alcalde de Villanueva, Plácido Yera Tórres, del Título de hijo adoptivo al purpurado. Éste, tras agradecer el nombramiento, recordó a sus paisanos que él también había sido un villanovense más durante muchos momentos de su vida y que lo único que lo diferenciaba en esos instantes era el capelo. Tras estas palabras bendijo a todo el pueblo. Se le obsequió con un vino de honor celebrado en el casino de la localidad, tras el cual, regresó a Zaragoza.

El acuerdo se tomó por aclamación en sesión extraordinaria celebrada en el Ayuntamiento el primero de abril de 1959 "patentizado así la satisfacción sinceramente sentida por este vecindario de contar entre los suyos a tan esclarecido Príncipe de la Iglesia".

Algo que mucha gente no sabe es que Bueno Monreal, poco después de su llegada a Sevilla, organizó un "grupo de estudiantes católicos universitarios" del que formó parte activa Felipe Gónzalez Marquez y algún otro personaje más, que posteriormente alcanzaría notoriedad, como Rafael Escudero o Javier Pérez Royo.

En Villanueva vivieron muchos años una hermana de su padre llamada Amalia y sus tres hijas, Conchita, Carmen y Teresa. De esta última tengo imborrables recuerdos de cuando yo era pequeño. Entraba en la sacristía luciendo unos bisones que llevaba engarzados al cuello y todos los monaguillos nos poníamos en formación, la temíamos más que a Mossen José (el cura). Tengo la sensación de que murió pensando que su primo llegaría a ser Papa.

Carlos Urzainqui Biel, 10/10/10

*En la fotografía, documento por el que se nombra Hijo adoptivo de Villanueva de Gállego a Don José María Bueno Monreal.

Voces del pinar

Voces del pinar

El otro día escribía sobre voces o vocablos característicos de Villanueva y su entorno, dije que no se diferenciaban en mucho del habla popular aragonesa (para mí la fabla, que queda bien). El pinar, que aunque sea de Zuera tiene también algo nuestro, posee no solo una interesante masa forestal, cada día en más peligro, sino que contiene un bosque de significados y palabras que, si no son originales, son características o peculiares. Todos conocemos que un galacho es un meandro que se ha quedado aislado del río o un curso muerto de éste. Pero también existen galachos de secano que son aquellas zonas cultivadas rodeadas por bosque o matorral y aisladas del resto de parcelas agrícolas, el más conocido el llamado “Galacho de los frailes” situado cerca del cabezo llamado de “la Palomera”. Este último nombre, como el de “Pilarotes”, no está muy claro.

Las Fajas: Es la denominación popular con la que es conocido por los villanovenses este bosque meditérraneo, situado a unos diez kilómetros en dirección noroeste del pueblo. El nombre le viene seguramente por la colonización medieval de la zona. Cuando los reyes aragoneses se asentaban en un lugar entre otras cosas, distribuían las tierras entre los afortunados terratenientes mediante tiras alargadas de tierra llamadas “fajas”. La actual zona de huerta situada entre la actual fábrica de harinas y la vía del ferrocarril se llamó en tiempos con este nombre: “las fajas del rey”.

Esta partida de pinar, sobre la que Villanueva tiene derecho “al vuelo”, es decir, a cortar leña para consumo propio aunque en algunas épocas también se ha pretendido para la caza. Se encuentra ubicada dentro del monte de Vallones. Éstos consisten en profundos barrancos poblados por vegetación forestal, muy frescos incluso en verano y que no son cultivados. Al contrario que los barrancos anchos y susceptibles de cultivo, que reciben el nombre de “Vales”. La de Villanueva tiene diez kilómetros de longitud y nace de la intersección de las llamadas vales de Letosa, la Cueva, Valimpia y Castellar. También existe el vocablo Varillo que define aquellas vales por cuyo fondo, generalmente extrecho, discurre una senda o camino. En el monte alto existe un varillo que se llama “de los bojes”.

Ya dentro del término municipal hay tres denominaciones que siempre me han llamado la atención; una es el Cabezo de las monas. El nombre puede provenir de la palabra latina munio que significa “excavar”, por tanto, sería el cabezo excavado. Otra, la Balsa del piojo. Se trata de un antigua construcción hídrica destinada al abastecimiento de la calzada romana de las Cinco Villas, no obstante se encuenta junto al camino de Castejón de Valdejasa. Este pozo artifical ha permanecido casi inalterable hasta hace muy pocos años en que alguien, decidió retirar el “buro” o suelo de arcilla que renetía el agua. La balsa de encuenta en el centro de la Val de Villanueva y en documentos antiguos se menciona como “de la fuesa” o del foso, quizás de este término derive en la palabra “piojo”. Para terminar quisiera mencionar el cabezo de Fornillé o cabezo del horno, antiguamente existían muchos hornos de cal en Villanueva, hasta hace poco quedaba alguno, supongo que en este lugar existiría uno, por otra parte las lomas cercanas son bastante calizas.

 Carlos Urzainqui Biel, 30 de septiembre de 2010

*En la imagen, una vista panorámica de la partida de las Fajas.

Miss Villanueva 1935

Miss Villanueva 1935

Cuando entrevisté a Carmen Miravete Oñate me pareció estar hablando con la mismísima Escarlata O’Hara, quizás porque los vientos de nuestra Guerra Civil se llevaron muchos mundos como el de ella. Esta jovencita que nació en el Barrio Bajo ronda ahora los noventa años y fue Miss Villanueva de Gállego en 1935.

Me cuenta que estaban cosiendo en casa de Pilar Aranda, una señora viuda que tenía un taller de costura al lado de su casa y al que acudían unas cuantas chicas, un día llegó una de ellas y les dijo que bajaran al Ayuntamiento, porque habían venido del periódico La Voz de Aragón, para hacerles unas fotografías, que iban a salir en una revista que se llamaba Monte y Huerta.

Carmen recuerda como los fotógrafos cuchicheaban entre ellos y decidieron hacer una foto juntas a una prima suya (Julia) y a ella misma, vamos, que la cosa era entre una morena y una rubia (la rubia era Carmen).

Al terminar el pase le llamaron a un aparte y le dijeron que le habían elegido "Miss Villanueva". Se asustó y se negó en principio, dijo que su padre no lo aceptaría pero le convencieron. Otra pequeña pega fue que tenía 16 años por lo que le aumentaron la edad a 17.

El siguiente paso era presentarse a Miss Aragón. A mediados de abril de ese año le llevaron al Gran Hotel. Allí conoció a otras misses como ella. Recuerda a la de La Almunia, que acabaría siendo Miss Aragón y que se llamaba Maruja Soria, a la de Zuera, Carmen Abril, a la de Jaca, etc. Las llevaron a la Diputación, al Ayuntamiento, al Casino Mercantil, les obsequiaban con bombones, perfumes y más cosas. Recuerda que siempre le llamaban "Miss Villanueva, Miss Simpatía" y confiesa: "Me querían todas porque en mí no veían rival".

El acto fue en el Teatro Parisiana (lo que después se llamó Argensola). "Fue una cosa muy bonita, primero desfilamos las concursantes por una pasarela mientras nos llamaban, salías delante y todos te aplaudían, me acuerdo que vi a mi prima Julia y le saludé con la mano tímidamente, cosas de crías, a mi padre lo ví con corbata, cosa que me hizo mucha gracia". Después una obra de teatro en la que actuó Irene López de Heredia, "que era una artista entonces de las buenas", y un certamen de jotas, "fue una noche completa".

Les volvieron a colocar de nuevo en el escenario todas sentadas, con un hermoso ramo de flores cada una, para escuchar cual era el veredicto del jurado, favorable a la representante de La Almunia.

Luego vino la guerra y el pueblo se llenó de militares, falangistas e italianos, todavía recuerda alguna palabra. Intentó hacer teatro para animar a la gente, pero fue imposible porque se echaba a reír. Fue enfermera durante tres meses en lo que había sido "el Casino de los de abajo" donde levantaron un hospital provisional. Trabajaba en el estanco de su primo Emiliano Ortega cuando conoció al que sería su marido, que estaba con otros soldados de descanso en Villanueva. Me cuenta que cuando eran jóvenes no le gustaba que hubiera participado en un certamen de belleza pero luego, al hacerse mayores y alquien le decía: "¡Ay, que maja está usted!", él afirmaba:

-¡Fue Miss!

-¡Ahora lo dices!, contestaba ella.

Se casó a los veintidós años y se vino a vivir a Zaragoza, tuvieron un bar en el Tubo y después se trasladaron a Épila, en cuya azucarera trabajó su esposo y allí sigue Carmen, siempre solícita en la residencia donde vive.

Carlos Urzainqui, 24 de septiembre de 2010

-- Nº 12 de la Serie Villanueva.script, en exclusiva para NdV.

Val de la Bigarda

Val de la Bigarda

El otro día alguien me preguntó si existía un vocabulario expresamente villanovense, en principio la cuestión me extrañó pero le dije que le respondería desde estas líneas. En principio quisiera diferenciar lo que es una forma coloquial y tradicional de hablar y otra muy distinta una lengua o un idioma. Villanueva se encuentra muy cerca de Zaragoza y además en un lugar muy céntrico por el que ha pasado mucha gente de los más diversos sitios, por tanto es difícil que existan palabras propias. En este pueblo hay personas procedentes del País Vasco, de Navarra, de Castilla y en los ultimos años del sur de España, en definitiva existe un flujo importante y por tanto puede darse incluso el caso de que aquí se conozca una palabra, nada común a cien kilómetros a la redonda pero muy popular, pongo el caso, en Albacete o Palencia.

Recuerdo que cuando yo era crio y jugábamos en el recreo o en la plaza solíamos decir; “primer”, “segun” (primero, segundo) como en Cataluña al fin y al cabo estamos en la misma área geo-lingüística y eso también influye, unido a la cantidad de catalanes y bajoaragoneses que llegaron a la población desde fines del siglo XVIII con la instalación de las papeleras. No obstante los villanovenses poseemos una impronta muy marcada por la influencia del Pirineo aragonés y sobre todo su vertiente francesa, gracias a la inmigración permanente hasta casi nuestros días y que se comparte con el resto de municipios del llamado Bajo Gállego, además hay que tener en cuenta que el nombre que tiene este curso fluvial es “río de los galos” por algo será. Mi apellido es un claro ejemplo de esa influencia ultrapirenáica, pues son muchas las personas que tienden a unir las vocales “a” “i” en una sola diciendo Urzanqui, una muestra de liaçon. Otra tendencia curiosa es la que consiste en unir el artículo con la palabra siguiente si ésta empieza por vocal, también se utiliza muy amenudo la expresión “de” o “de que” antes de una palabra que suele indicar acción “no haces más que de trabajar” (no haces más que trabajar) o rizando el rizo “que d´estudiar” (que estudiar). Existe también el uso y abuso del prefijo “es” esbarar (desviarse o resbalar), esbaratar (romper), esculiminar (eliminar) o del “arre” arrejuntar, arrebullar, arremolinar (amontonar), arremangar (subirse las mangas de la camisa). No falta en este pequeño repaso la famosa aversión al esdrújulo tan aragonesa: “cantaro” por “cántaro”. Hay un hecho que cabría destacar y es que no hay un habla homogénea, sino muy dispersa e individual.

En definitiva poseemos características lingüísticas muy similares al resto de la geografía aragonesa con distintas variantes siempre dependiendo de la influencia del castellano que para mí es la construcción idiomática dominante, por ejemplo en Villanueva a una loma nombra como “cabezo” y en la vecina Zuera se dice “puy”. (Hasta el siglo XIX el cabezo de Fornillé se conocía por “puy Fornitero”. Esta denominación corresponde a que en ese lugar existía en tiempos un horno de cal o un tejar). En Villanueva a la fruta “granada” se le llama “mengrana” como en las altas Cinco Villas y Caspe, mientras en el campo de Zaragoza se dice “mangrana”. Por otra parte los términos lingüísticos relacionados con la agricultura son muy similares a los del resto del valle del Ebro: “entibo” (presa o freno) “ador” (turno de riego) “guebra” (campo sin sembrar), “aplanar” (polisémico; cansado, allanar) “mantornar” (dar segunda labor a la tierra después del barbecho), “aguacibera” (regar justo después de sembrar) “escardar” (podar) “fascal” (varias acepciónes también: hacina o mala presencia física) etc. Existe alguna que otra reminiscencia de la llamada “fabla aragonesa” por el uso del prefijo “Ch”; chiflar (silbar), chistar (callar), charrar (hablar en exceso), chispear (lluvia fina), “chanar” (fallar). Un amigo mío que se llama Jesús Royo Martínez y que su padre es de Villanueva da clases de latín en un instituto cerca de Zaragoza, allí les cuenta a sus alumnos que cuando su madre les dice que vayan a comprar un “fullatre” (una torta de mil hojas) les está hablando en latín, pues al fin y al cabo la palabra “fulla” es hoja y de ahí el aragonesismo “chulla” para denominar a los filetes.

Hay vocablos enternecedores como “festejar” (cortejar a una chica), “miaja” (migaja). Descriptivos “horache” (frio) o misteriosos “badil” (recogedor), reblar (parar) o más famosos “pozal” (cubo). Los hay de influencia italiana como “russiente” (ardiente), arcáicos como “vicera” (rebaño comunal) y equívocos “panizo”. La mayoría de la gente piensa que es lo forma en que nombramos al maíz en aragón, pero el panizo es una planta asiática conocida en esta zona desde el siglo XII y por tante anterior, mientras tanto el maíz es americano e implantado en Aragón hacia finales del XVIII.

Ahora bien, en Villanueva existen algunos vocablos que no he oído pronunciar en ninguno de los pueblos de su entorno y que por tanto los hacen singulares por ejemplo “Vajillera” (esta palabra no está registrada en el diccionario de la RAE) se trata se una serie de lomas que se encuentran situadas a partir de kilómetro cinco de la carretera a Castejón de Valdejasa. Exactamente no sé el origen del término pero ya en el siglo XI aparece citado en algunos documentos como límite norte del monte del Castellar la llamada Val de Alghera, que se encuentra la sur de estas lomas, pudiendo ser por tanto el nombre actual derivación de esa primitiva denominación. Bien es cierto que hasta hace unos años en esos cabezos se han encontrado bastantes restos cerámicos y de ajuar, lo que da por pensar que existe la posibilidad de que el nombre actual por tanto viniera de “vajilla”. Esto indicaría también una ocupación humana anterior pero, a excepción de estos restos no se conoce nada más.

En un plano de finales del siglo XIX aparece una mención a la “Aljerecía” término por el cual todavía hoy en día es conocido el lugar donde se encuentra el restaurante El Sella. Esta demoninación es sinónimo de “fabrica de yeso” o yesería (RAE).

Tanto el diccionario de la RAE como en el de Francés antiguo recoge la expresión “Bigarda”. En castellano significa alto y desgarbado, así como fraile de vida licenciosa. Bigardo fue efectivamente un fraile franciscano que tuvo muchos seguidores en la Baja Edad media en Alemania, Italia y la Provenza (en Francia). Éstos rechazaban el voto de obediencia, viviendo libres y desordenadamente pero dentro de la regla franciscana. En el siglo XIV algunos de éllos llegaron a ser tratados como herejes y condenados a la hoguera por sus creencias. El significado de la palabra ha pasado a ser despectivo. También parece ser que existe un juego llamado la bigarda, consistente en arrojar palos utilizando otro como raqueta. La Val de la Bigarda es lo que ahora se conoce por “calle Zaragoza”.

Carlos Urzainqui, 18 de septiembre de 2010

Nº 11 de la serie Villanueva.script, en exclusiva para NdV