Un hijo adoptivo muy singular
El que fuera durante muchos años cardenal arzobispo de Sevilla, José María Bueno Monreal, nació en Zaragoza el 11 de septiembre de 1904. Tras sus estudios eclesiásticos en el seminario de esta ciudad se doctoró en Teología y Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana y más tarde en Filosofía por la Pontificia Academia de Santo Tomás en Roma. También era Licenciado en Derecho por la Universidad Central de Madrid, donde ejercició como canónigo y profesor de su seminario. Fue obispo en Jaca durante la posguerra, en los años cincuenta pasó por la diócesis de Vitoria y en 1957 creado cardenal arzobispo de Sevilla por Pío XII. El cardenal Bueno Monreal falleció en Pamplona el 20 de agosto de 2987, siendo enterrado en la catedral hispalense bajo una sencilla losa de mármol blanco en la capilla de San José.
Su vinculación con Villanueva viene por parte de su padre, Abel Bueno Gros. Pintor de vocación, montó en 1892 una academia de dibujo y pintura en la "Plaza del Pueblo" (actual plaza del Carmen) de Zaragoza, llegando a tener gran prestigio ya que en ésta se formaron muchos artistas tanto nacionales como extranjeros. Debía ser bastante polifacético, pues dirigió la revista aragonesa La Enseñanza Privada. Hasta hace pocos años, sobre el retablo del Altar Mayor de la iglesia parroquial de Villanueva, se encontraba colgado un cuadro pintado por don Abel en el que se representaba "la adoración del niño Dios por los ángeles".
El domingo 10 de mayo de 1959 José María Bueno Monreal recibió el título de "Hijo adoptivo de Villanueva de Gállego". Con tal motivo se levantaron "varios arcos de triunfo" y, en el momento de su llegada, comenzaron a voltear las campanas y sonar las bombas reales a los acordes de la "Banda de música" que condujo a la comitiva hasta la iglesia parroquial donde se cantó una "solemne Salve". Una vez finalizada la ceremonia el Cardenal "dio a besar su anillo a todos los fieles en número superior a los dos mil quinientos, durando el besamanos más de una hora". Ya en el Salón de plenos del Ayuntamiento se llevó a cabo el acto de entrega por parte del alcalde de Villanueva, Plácido Yera Tórres, del Título de hijo adoptivo al purpurado. Éste, tras agradecer el nombramiento, recordó a sus paisanos que él también había sido un villanovense más durante muchos momentos de su vida y que lo único que lo diferenciaba en esos instantes era el capelo. Tras estas palabras bendijo a todo el pueblo. Se le obsequió con un vino de honor celebrado en el casino de la localidad, tras el cual, regresó a Zaragoza.
El acuerdo se tomó por aclamación en sesión extraordinaria celebrada en el Ayuntamiento el primero de abril de 1959 "patentizado así la satisfacción sinceramente sentida por este vecindario de contar entre los suyos a tan esclarecido Príncipe de la Iglesia".
Algo que mucha gente no sabe es que Bueno Monreal, poco después de su llegada a Sevilla, organizó un "grupo de estudiantes católicos universitarios" del que formó parte activa Felipe Gónzalez Marquez y algún otro personaje más, que posteriormente alcanzaría notoriedad, como Rafael Escudero o Javier Pérez Royo.
En Villanueva vivieron muchos años una hermana de su padre llamada Amalia y sus tres hijas, Conchita, Carmen y Teresa. De esta última tengo imborrables recuerdos de cuando yo era pequeño. Entraba en la sacristía luciendo unos bisones que llevaba engarzados al cuello y todos los monaguillos nos poníamos en formación, la temíamos más que a Mossen José (el cura). Tengo la sensación de que murió pensando que su primo llegaría a ser Papa.
Carlos Urzainqui Biel, 10/10/10
*En la fotografía, documento por el que se nombra Hijo adoptivo de Villanueva de Gállego a Don José María Bueno Monreal.
0 comentarios