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Noticias de Villanueva de Gállego

Visita del Arzobispo Soldevila a Villanueva

Visita del Arzobispo Soldevila a Villanueva

Hubo un tiempo en que la visita de un obispo a una localidad era todo un acontecimiento; se engalanaban las fachadas, las autoridades en pleno salían a recibirlo a la entrada del pueblo y la banda de música lo acompaña hasta la iglesia parroquial. El Heraldo de Aragón en su edición del 10 de diciembre de 1905 recoge la Visita pastoral a Villanueva de Gállego del entonces Arzobispo de Zaragoza, Cardenal Juan Soldevila, quien llegó muy madrugador, a las nueve de la mañana, procedente de la vecina Zuera, como dice la crónica, “con la debida antelación salieron a recibirle el cura párroco acompañado de todas las autoridades locales, comisiones pertenecientes a todos los gremios, los niños de ambas escuelas con sus correspondientes estandartes y custodiados por sus celosísimos maestros; Don Tomás Alvira (Belzunce) y Doña Dolores Peguero”, así como todo el vecindario en masa y que se hallaba congregado, aguardando la llegada de tan ilustre viajero. 

“Una vez divisado por la multitud el coche que le conducía y hecha la señal convenida, echáronse las campanas al vuelo”. La banda de música, que se hallaba entre la concurrencia, entonó la marcha real y entre los estruendosos ¡vivas! de los vecinos, descendió el purpurado de su carruaje, «saludando con gran alegría y contento a todos los que de manera tan satisfactoria le estaban esperando».

Uno de los niños de las escuelas, llamado Julián Vililla, que más tarde también sería párroco de Villanueva, “ante la presencia del ilustre prelado, pronunció un bonitísimo y sentido discurso de bienvenida” (la noticia la firma su padre, que era el médico del pueblo) y acto seguido se puso en marcha toda la comitiva en dirección al templo parroquial, “donde había de celebrarse el grandioso acto del Sacramento de la Confirmación”. Escribe el corresponsal que la iglesia era incapaz para contener la muchedumbre que allí, habíase congregado para la ocasión (precisamente el entonces cura de la localidad se había quejado unos años antes de la poca devoción existente en Villanueva).

De nuevo sonó la Marcha Real a cuyos acordes hizo su entrada el obispo, bajo palio, en la iglesia y, una vez celebradas las ceremonias procedentes, Don Juan dirigió una hermosa plática, «digna tan solo de los labios que la pronunciaban» a la numerosa concurrencia y «en la que no cabía que apreciase mejor si la sabia doctrina de la misma nos dictaba o la sencillez y ejemplos prácticos con que la exponía y que hicieron al terminar, que la muchedumbre de los fieles prorrumpieran en estruendosos vivas al prelado».

Acto seguido se procedió a administrar el Sacramento de la Confirmación aproximadamente «a 500 individuos de ambos sexos» ceremonia que se llevó a cabo «con el mayor orden», siendo apadrinados en este acto por el acaudalado propietario Don Sebastián Pérez Lafuente y la bondadosa madre del farmacéutico Doña Josefa Carratalá. Continúa el cronista relatando la jornada diciendo que el celosísimo cura párroco, Don Manuel Ropiñan «con la generosidad que le es peculiar», invitó a su mesa a la autoridades y algunos particulares, donde se sirvió una espléndida comida durante la cual «la nunca bien ponderada banda de música de este pueblo, dirigida por Don Evaristo Bernal, nos dejó oír muchas y buenas composiciones como el preludio del Anillo de Hierro y la Retreta Austriaca que con justicia fueron muy aplaudidos por la concurrencia y por el Arzobispo».

A las dos de la tarde la comitiva arzobispal se puso en marcha acompañada “por todo el pueblo” que hizo «grandes demostraciones de cariño en pago de las gratas impresiones que se llevaba, fundadas en la sensatez y cordura de los vecinos de este pueblo que tanta grata estancia le había proporcionado». Hace un par de años estuvo otro Arzobispo en Villanueva y, ni de lejos, obtuvo tal recibimiento, los tiempos cambian.

Fotografía: el Arzobispo Don Casimiro Morcillo en Villanueva de Gállego el 17 de septiembre de 1962 con ocasión de la inauguración de la torre nueva. (Gerardo Sancho Ramo).

Carlos Urzainqui Biel, 16 de octubre de 2011

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