Ramón Ortiz presenta su nuevo trabajo
El historiador villanovense, Ramón F. Ortiz, acaba de publicar un nuevo trabajo que bajo el título "El campo de concentración de San Juan de Mozarrifar", recoge la historia de esta institución, que permaneció abierta desde 1938, hasta 1944. Se trata de un texto que arrancó "por casualidad, cuando encontró nueve legajos en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza", reconoce. Fue el comienzo de un largo proceso que culmina con la publicación de este trabajo, que cuenta, en primera personas, las experiencias de algunos de los presos que estuvieron ahí.
En los primeros años de vida, hubo 1.232 reclusos. Todos ellos tenían cosas en común, además de estar privados de su libertad. Concretamente, estaban ahí por ser republicanos, y, muchos de ellos combatientes, "predominantemente, procedentes de la Batalla de Teruel", apunta el experto.
Si bien, según el autor, "el libro no quiere ser un texto político, ni de izquierdas, porque igualmente lo hubiera escrito aún siendo gentes del otro bando". Una afirmación que responde "a la curiosidad que me suscitaba este centro que, para muchos los de San Juan, es desconocido. No sé si a conciencia, para olvidar lo que se hizo en él, o porque realmente no lo recuerdan", apunta Ortiz.
Los que sí saben muy bien lo que pasó en este lugar son los testimonios que Ramón recoge en el libro. Palabras de gentes de Uncastillo, Marracos, de Huerto (Huesca) y hasta de Alcañiz, donde nació Paulino (no quiere mostrar su apellido), la experiencia que más ha conmovido al investigador. Llegó al campo de San Juan procedente de la Academia General Militar, donde también había una cárcel para los republicanos. Aunque pronto se le asignó una misión: ser espía de Franco, algo que acepto "para poder escapar de San Juan". Una historia que se acompaña de otros cientos de personas que, como él, estuvieron en este lugar. Muchos de ellos están documentados en la lista que Ramón Ortiz ha elaborado como colofón de este texto que se quiere presentar en San Juan, para recordar una parte de su historia.
Fuente: Crónica del Bajo Gállego
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