Inadmisible negligencia

Tanto la DGA como la CHE tienen una muy seria responsabilidad en la desastrosa gestión de la presencia de lindano en el Gállego. Es inadmisible que durante un mes y medio el abastecimiento de agua de varias poblaciones haya estado contaminado sin que se tomasen medidas precautorias. La negligencia es mayúscula e inquietante. Una muestra tomada a principios de agosto revelaba ya que el agua del Gállego contenía cantidades de lindano muy superiores al límite de seguridad. Y, sin embargo, inexplicablemente, hubo que esperar al 19 de septiembre para que las autoridades diesen la alerta. Entre tanto, varias poblaciones, con cientos de habitantes, además de los numerosos visitantes veraniegos, recibieron agua contaminada por el peligroso pesticida. El rosario de desaciertos, dilaciones y fallos que condujo a esa inaceptable situación demuestra una incompetencia imperdonable en la gestión de un asunto tan delicado como la salud pública. La descoordinación entre el Gobierno de Aragón y la CHE resulta lamentable, aunque en definitiva el control sanitario del agua de boca es competencia de la DGA. En todo caso, el rifirrafe en el que ahora se enzarzan ambas administraciones no hará sino desacreditarlas aún más. En lugar de ello, hay que aclarar con detalle lo ocurrido para determinar las responsabilidades políticas y personales que obligatoriamente deben asumirse por una actuación chapucera y desastrosa. La cuestión del lindano, que se arrastra desde hace treinta años, debe abordarse con rigor y solvencia, cualidades que en esta ocasión han brillado por su ausencia, lo que siembra considerable inquietud cuando todavía está pendiente de concluir la solución definitiva para los residuos dejados por Inquinosa.

Fuente: Editorial del Heraldo de Aragón (página 30 de la edición impresa del 3/10/2014)