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Joaquín Costa y la Unión Villanovense

Joaquín Costa y la Unión Villanovense

Hace unas entradas hablé sobre Domingo Buisán Pérez, quien durante sus estudios en Madrid coincidió con Joaquín Costa. Hacia 1880 Costa está en Madrid para dar clases en la cátedra de Historia de España y Derecho Administrativo que le había sido arrebatada cinco años antes. Durante esa época dirigirá el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, tendrá un trato directo con sus alumnos asistiendo con ellos a museos, fábricas e instituciones públicas etc., a la vez que abrió despacho de abogado ejerciendo como tal hasta 1888, pasando esta época de su vida por ser una de las más activas de su existencia.

Bien en la Institución Libre de Enseñanza, bien en la Universidad Central, de confirmarse el encuentro entre el ya consolidado por entonces pensador aragonés y el joven estudiante de Derecho villanovense, estaríamos ante una relación profesor-alumno o mejor dicho maestro-discípulo. De llevarse a cabo esta coincidencia, la Unión Villanovense no sería un elemento más del engranaje regeneracionista de la época, sino la obra de un discípulo de Costa o trasmitida por un discípulo del propio Costa. Un “sembrador de ideas” tal como titula su artículo Cristóbal Gómez Benito en el Catálogo de la Exposición Joaquín Costa: Fabricante de ideas, que se mostró en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza entre marzo y junio de 2011. Ideas que son recogidas por sus alumnos y que éstos las transmiten en su entorno más inmediato.

Ese Costa pensador y reformador social que evoluciona desde la filosofía del derecho a la sociología, con una preocupación por la políticas concretas, lo que le valió en muchas ocasiones el injusto calificativo de populista o arribista. Sin embargo, pretende ser conciliador entre la tradición y la modernidad, entre el conocimiento científico, los adelantos técnicos y la sabiduría popular. Una lectura del testamento de los Hermanos Buisán refleja a la perfección todo este pensamiento costista; donan sus bienes a una sociedad laica, republicana en al que existen miembros tanto anarquistas y socialistas, como radical-socialistas, pero dejan encargadas misas en su memoria. Facilitan el acceso a la sanidad y premian la educación como méritos para el futuro, pero recurren para subvencionar los recursos económicos necesarios para llevar a cabo los fines de su fundación al tradicional sistema del arrendamiento. La propia Unión Villanovense huye de las tensiones políticas en que vive la República, sobre todo a raíz de los acontecimientos de octubre de 1934 cuando fue clausurada por primera vez la Junta Directiva decide «tomar medidas eficaces pues el Casino "Unión Villanovense" estará expuesto a que lo cierren definitivamente» por todo lo cual «se ven obligados» a dar de baja a cinco socios y, acto seguido exponen «Queda terminantemente prohibido, el hablar de política, hacer apología de la violencia en cualquiera de sus formas, repartir periódicos, revistas etc. salvo los que tenga la Sociedad y el quebrantar esta disposición llevará consigo la expulsión de la Sociedad». El Sindicato por tanto huye de todo aquello que signifique revolución. Este punto es importante porque en el año 36 sus miembros fueron acusados de marxistas y clausurados sus locales, todavía la gente mayor defiende que esto no era cierto, quizás sabían lo que no eran pero desconocían de donde venían.

 No cabe duda que el ideario costista fue calando profundamente en la sociedad rural aragonesa hasta hacerlo inherente a sus aspiraciones colectivas, quizás por eso queda diluido en el tiempo y en muchos lugares esta “siembra de ideas” que fue fructificando de manera aislada e inconexa, pero en el caso que nos ocupa se puede decir que existe una relación, más o menos directa entre la utopía costista y la realidad de un sueño que fue la Unión Villanovense.

Carlos Urzainqui Biel, 26 de diciembre de 2011: Extracto de la comunicación presentada el 12 de diciembre de 2011 en el Congreso El renacimiento ideal: La pedagogía en acción de Joaquín Costa.

* Fotografía: Solar de la Unión Villanovense, antes de su restauración.

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