La resinera
El pinar de Zuera, o para entendernos en villanovense “el monte de las Fajas”, esconde muchas sorpresas y misterios. Una de las últimas en salir a la luz ha sido a raíz del incendio ocurrido en agosto de 2008. Resulta que esparcidas por toda la zona quemada han aparecido cantidad de restos cerámicos. En principio pensé, como alguna otra persona que también las ha visto y me lo dijo, que se trataban de “terra sigilata”, pues cerca se encuentra la calzada de las Cinco villas que iba a Pamplona, pero la cantidad y la dispersión de trozos que existen no avalan esta idea.
Entre los muchos restos de terracota que encontré hay unas pequeñas macetas casi enteras. Lo cierto es que no me hacía idea para qué podía haber servido aquello. Mis cavilaciones iban entre recipientes de plantero hasta restos de urnas. Un día hablando de este tema con un señor mayor, éste me sacó de dudas. Las vasijas en cuestión correspondían a la explotación de resina que existió en el pinar a mediados del siglo XX, aunque investigando he encontrado que a principios de esa centuria también se utilizaba la corteza de pino para “curtidos”. A la vista de la cantidad de restos de terracota parece ser que la extracción de resina fue una industria floreciente en la época de posguerra, debido sobre todo a la carencia de materias primas y la necesidad de suministrar productos básicos como jabón, fósforos, barniz, papel o plagicidas.
Esta práctica ya se realizaba en la antigüedad y consiste en una incisión que se hace en corteza del pino (no vale cualquier tipología ya que tiene que ser resinero) provocando que el líquido caiga en estos vasos. Los componentes básicos que se obtienen son la Colofonia cuyo principal uso va destinado a las artes gráficas (por ejemplo tintas de impresión y adhesivos), pinturas, esmaltes, soldaduras, redes de pesca, limpieza y hasta confección de flores. Y la Trementina que es utilizada para elaboración de fragancias, insecticidas y disolventes, entre otras muchas aplicaciones.
Este producto semisólido y pastoso, de consistencia pegajosa e insoluble al agua, es elaborado y transformado mediante el procedimiento químico de polimerización. En la actualidad la fabricación de resinas sintéticas como el poliéster o el poliuretano, hacen inviable la producción tradicional de resina natural, Cuba es uno de los principales productores de este tipo.
Una vez obtenida la resina, ésta era trasladada a la factoría instalada en Villanueva donde se sometía a su elaboración y transformación. Lo que hoy queda de esta abandonada y semiderruida “resinera” es un enorme solar cubierto de hierba, rodeado por un muro de adobe y piedra, cuyos pilares están rematados por pináculos triangulares. El recinto, al que se accede por un enorme portalón de madera, se encuentra entre la Estación de tren del pueblo y el paso a nivel del cementerio, debajo de la vía del ferrocarril y junto al camino que va al barrio del Comercio.
Carlos Urzainqui Biel (junio de 2010).
-- Segunda entrega de la serie Villanueva.script, realizada en exclusiva para NdV
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