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Un matrimonio aragonés, en proceso de canonización

Un matrimonio aragonés, en proceso de canonización

Un matrimonio de aragoneses se encuentra más cerca de los altares, al concluirse la fase diocesana de su causa de canonización. Se trata de Tomás Alvira, nacido en Villanueva de Gállego en 1906, y de su esposa Paquita Domínguez, nacida en Borau, en 1912.

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidió este pasado jueves en Madrid esa clausura, en la que estuvieron presentes los ocho hijos vivos del matrimonio, dos de los cuales nacieron en Zaragoza. La familia tiene raíces aragonesas y una profunda devoción a la Virgen del Pilar, “todos fuimos pasados por la Virgen”, cuenta Pilar Alvira. Su abuelo paterno, Tomás Alvira, fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza y el grupo escolar Gascón y Marín lleva hoy su nombre.

Monseñor Rouco Varela destacó que “modelos como este matrimonio son un instrumento evangelizador de primer orden para las jóvenes generaciones”.

El cardenal Rouco recordó que “estamos ante un ejemplo de la vocación a la santidad que el concilio Vaticano II ha alimentado como llamada universal de todos los bautizados, camino que san Josemaría Escrivá iluminó y divulgó desde 1928”.

Estos dos aragoneses, que se casaron en Zaragoza el 16 de junio de 1939, dedicaron su vida profesional a la enseñanza. Tomás fue un destacado pedagogo, catedrático de Ciencias Naturales e Investigador del CSIC, impulsor de centros de Enseñanza y de una escuela de magisterio. Escribió, además, numerosas obras en el campo de las Ciencias Naturales y de la Pedagogía moderna. Tomás estudió Químicas en la Universidad de Zaragoza y Paquita estudió en la Escuela de Magisterio.

Paquita fue maestra nacional en la Escuela Cervantes de Zaragoza, en Ansó y en Sástago, cuya escuela llegó a dirigir. Paquita compatibilizó su trabajo con la atención de sus nueve hijos. En 1942 la familia se trasladó a Madrid, donde Tomás fue catedrático en el Instituto Ramiro de Maeztu.

Otro aragonés, san Josemaría Escrivá, tuvo una profunda influencia en la vida de estos esposos. Tomás le conoció en 1937 y en 1947 se incorporó al Opus Dei, convirtiéndose en el primer miembro supernumerario de esta prelatura. Su hija Pilar explica que “tanto él como mi madre advirtieron que el matrimonio es camino de santidad, como predicaba san Josemaría, y como supernumerarios procuraron vivir este ideal de santidad el resto de sus días”.

La fama de santidad de la vida de Tomás y Paquita está siendo sometida por la Iglesia a una exhaustiva investigación que, tras la fase diocesana, pasará a la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos. Al mismo tiempo numerosas personas acuden en todo el mundo a su intercesión, en petición de favores espirituales y materiales.

En el acto, que se celebró ayer en Madrid, se cerraron y lacraron las cajas que contienen los más de diez mil folios con las pruebas documentales y testificales reunidas por el tribunal desde febrero de 2009, y que serán enviadas para su estudio a la Congregación para las Causas de los Santos. Con este acto termina la fase diocesana del Proceso de Canonización que comenzó el 19 de febrero de 2009 cuando el cardenal de Madrid presidió la sesión de apertura de dicho proceso.

* En la imagen, Tomás Alvira regando el jardín de su casa de Majadahonda en 1981.

Fuente texto: Diario del Alto Aragón

Fuente foto: Flickr

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