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Más leyendas sobre Aula Dei

Más leyendas sobre Aula Dei

Hace unos días escribí sobre los pasadizos que conducen a la Cartuja de Aula Dei, pero hay más leyendas sobre este monasterio. He leído recientemente en la prensa que va a salir un libro que habla sobre la huida de Hitler, tras la II Guerra Mundial, a Argentina. Según su autor el Fhürer no se habría suicidado en el bunker de la Cancillería sino que logró huir, siendo la figura que aparece muerta en las fotografías un doble.

La leyenda sobre la fuga de Hitler es casi tan vieja como el final de la Guerra, siendo su destino generalmente América y en especial la zona sur del Continente, donde por otro lado se refugiaron muchos nazis alemanes. Todas estas historias coinciden siempre en un mismo punto geográfico, España. Según la obra mencionada el Fhürer habría llegado a Barcelona procedente de Austria y, tras atravesar el norte peninsular, se embarcó en un submarino que lo llevó a Bariloche, en Argentina, donde había una de las muchas colonias alemanas del "Cono sur".

Sí que es cierto que muchos nazis escogieron España para poder huir a otros países y que fue Perón quien organizó una red para trasladarlos. Otros sin embargo se quedaron en el Levante español, sobre todo en Andalucía. Yo mismo oí una leyenda que circulaba en los años sesenta según la cual, Franco ofreció refugio en España a Hitler y este aceptó. Eligiendo como residencia, a modo de purgar sus pecados, la Cartuja de Aula Dei por ser este un lugar seguro ya que, al estar allí era muy difícil localizarle y además había perdido su nombre original. Lo cierto es que la leyenda está ahí aunque conociendo al personaje creo que su estancia sería difícil.

Otro de los mitos que circulan sobre la Cartuja dice que no se permite la entrada de mujeres y que en cierta ocasión, durante una visita de la Reina de España, al marcharse quitaron todas las baldosas por donde ella había pisado.

La única reina de España que ha pisado Aula Dei es Doña Sofía y lo hizo con motivo de la restauración de las pinturas de Goya el 11 de noviembre de 1998. Por cierto, es la única mujer que no precisa bula papal para entrar en el reciento. Anteriormente visitaron el monasterio, con la correspondiente autorización del Pontífice la Infanta Isabel de Borbón en 1912, la pintora Teresa Grasa, que a finales de los setenta llevó a cabo una de las muchas restauraciones de los frescos goyescos en compañía de su marido Carlos Bardoza y una secretaria judicial en 1995.

Volviendo a los dictadores, la primera esposa de jefe de estado español que entró en una cartuja fue la mujer de Franco, Pilar Polo, lo hizo en un cenobio de la provincia de Burgos.

Conchita Pisa, que vivió en la torre de Lindar y del Pino de pequeña, me cuenta que los cartujos solían darle chocolate que fabricaban ellos mismos, y también vendían a los campesinos rosarios confeccionados con pétalos de rosa. Cuando salían de paseo había días que podían hablar y otros no, en esos días no podían ni siquiera pedir un vaso de agua y saludaban a la gente levantando el brazo siguiendo su camino.

Carlos Urzainqui Biel, 14 de noviembre de 2010.

-- Entrega nº 19 de la serie Villanueva.script, en exclusiva para NdV

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