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Noticias de Villanueva de Gállego

La 'banda del acetileno' perpetra el tercer robo de cajero en 7 días

La entidad financiera Bantierra fue ayer objeto del tercer robo con explosivo que sufre en la provincia de Zaragoza desde el pasado día 11 de enero. En aquella fecha, unos ladrones que no han podido ser identificados ni detenidos reventaron con gas acetileno el cajero de la sucursal de Magallón, en plena madrugada, pero no lograron abrir el cajetín con el dinero.

Cinco días más tarde, sobre las 3.25 de la madrugada, volaron la oficina de Bantierra en Pastriz, cerca de la capital aragonesa. La explosión, muy violenta, destruyó el expendedor de dinero y el resto de la instalación, pero el botín fue magro, solo 200 euros. Y ayer, solo dos días después de aquel golpe, los delincuentes, conocidos ya como la banda del acetileno, volvieron a asaltar una sucursal en Villanueva de Gállego, junto a la autovía A-23, sobre las 3.15 horas.

Este último ataque fue el más rentable, pues lograron hacerse con los 20.000 euros guardados en el cajero, que tuvo que ser sustituido por otro nuevo debido a que quedó inutilizable tras el estallido.

Además, la Guardia Civil sospecha, que por la forma de cometer sus robos, esta banda es la misma que ha cometido en torno a 14 asaltos a otras tantas oficinas bancarias de las provincias de Valladolid, Burgos y Pontevedra, durante los dos últimos meses del pasado año.

"Los ladrones han ido depurando su sistema desde que están en Aragón", señalaron ayer fuentes próximas a la investigación. "En Magallón se quedaron cortos con la carga explosiva y se fueron de vacío; en Pastriz colocaron demasiada y destruyeron la oficina, y en Villanueva han colocado la cantidad necesaria de gas para abrir el cajero sin causar daños colaterales", explicaron.

El uso de una mezcla de gases para confeccionar el explosivo no es la única característica de la banda, que podría estar formada por ciudadanos del Este de Europa. Además, se cercioran de dar sus golpes en lugares que carecen de un cuartel de la Guardia Civil (el de Villanueva se halla en Peñaflor), bien comunicados y, al mismo tiempo, con poco movimiento de madrugada.

En todos los casos, los cajeros atacados son de los que están colocados en la fachada del banco, sin puerta de acceso, lo que facilita la operación. Esta consiste, básicamente, en introducir por alguna de las ranuras del expendedor una mezcla de gases que luego se hace detonar.

La explosión que ayer sacudió Villanueva de Gállego fue muy fuerte. Numerosos vecinos del bloque de cinco pisos donde se perpetró el robo se despertaron sobresaltados entre las tres y cuarto y las tres y media de la noche. Uno de ellos se asomó a la ventana, que da a la antigua carretera de Zaragoza a Huesca, y vio cómo dos hombres jóvenes huían por la calle situada enfrente. Sin embargo, otros residentes garantizaron haber visto a tres personas.

"Se ve que, en su huida, los ladrones han dejado huellas de pisadas, pues la Guardia Civil ha estado examinando unas marcas que había en la calle peatonal que hay al otro lado de la carretera", señaló Rebeca, una inmigrante centroamericana que se despertó "con el corazón acelerado" en cuanto se produjo la deflagración.

"Mucha gente de la casa ha bajado por las escaleras a la calle, donde había mucho humo", relató ayer. "Se ha debido de producir un incendio y había personas que decían a gritos que había que salir inmediatamente del edificio", añadió Rebeca, que aseguró que un fuerte olor a gas invadió las escaleras.

Fuente: El Periódico de Aragón

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