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Noticias de Villanueva de Gállego

Aragón, a vista de pájaro

En ala-delta, parapente, vuelo ligero o avioneta, las opciones para disfrutar de una perspectiva diferente de la Comunidad son múltiples. Incluso obtener un título de piloto está al alcance de casi cualquiera.
Barranquismo, rafting, piragüismo, senderismo… Si de algo puede presumir la comunidad aragonesa es de la riqueza de su territorio, que ofrece a sus habitantes y turistas practicar en estos días de verano un buen número de deportes y actividades lúdicas para toda la familia.

Pero uno de sus elementos más privilegiados, y no tan explotado, empieza a despegar entre las prioridades de la gente para ocupar el tiempo de ocio. El viaje por el cielo aragonés permite descubrir vistas de fotografía y una experiencia inolvidable, sea cual sea el medio elegido.

«Podemos hacer vuelos desde 300 hasta 1.400 metros de altura», señala Basilio Silva, responsable de Tandem Team, que ofrece servicios de parapente para todo aquel que no sufra de vértigo. «Lo más fácil para iniciarse son los vuelos biplaza, porque los mandos recaen sobre uno de nuestros profesionales, y el pasajero solo debe disfrutar», comenta.

Es una de las múltiples opciones –cuesta entre 50 y 100 euros, en función de la duración del viaje-, que ofrece esta empresa que opera en el valle de Benasque. Y por lo que cuenta, atrae a público de todos los tipos. «Desde críos de 6 años hasta mayores. El otro día voló un señor de 83 años», apunta.

En la misma zona del Pirineo, Gerardo Bielsa ofrece ‘vuelos de divulgación’ en ultraligeros. «Toda una experiencia» que permite otear las montañas en viajes de hasta 60 kilómetros, y 3.000 metros de altura, incluso en invierno, ya que a los aparatos «se les puede incorporar esquís».

Y con un poco de atrevimiento y unas pocas clases, casi cualquier persona se puede hacer con el título para volar por sí solo. Tanto en Villanueva de Gállego (Zaragoza) como en Torremocha de Jiloca (Teruel) se ofrecen cursos para tal efecto. Un examen teórico y un mínimo de diez horas de práctica de vuelo después, y listo. Aunque, como explica Bielsa, «después de aprobar se sigue sabiendo poco, nunca se deja de aprender».

Como regalo, e incluso como taxi

Uno de los servicios estrella de la compañía enVuelo, con sede en el aeropuerto de Zaragoza, es el bono-regalo ‘Piloto por un día’. «Nos lo pide muchísima gente, porque es una experiencia que no se olvida», asegura su responsable, Iñaki Latorre. En estos vuelos, la persona que recibe el regalo tiene la oportunidad de coger los mandos del avión y sobrevolar la capital aragonesa durante 40 minutos acompañado del instructor y de la persona que le ha obsequiado por un precio de 200 euros.

La empresa de Latorre puede volar sin limitaciones, ya que es una de las pocas en España que cuenta con los exigentes permisos de vuelo para este tipo de operaciones, por lo que, además de los vuelos turísticos -ofrece rutas por Zaragoza, el Moncayo o los Pirineos-, sirve como vehículo de desplazamiento entre ciudades, a modo de taxi aéreo.

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