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Noticias de Villanueva de Gállego

Semana Santa en Villanueva, hace unos años

Semana Santa en Villanueva, hace unos años

Un viejo documento que se conserva en la Parroquia del Salvador recoge las “procesiones y otras fundaciones del estilo” en Villanueva de Gállego hacia 1818. En cuanto a la Semana Santa se refiere las celebraciones comenzaban el Viernes de Dolores (justo antes del Domingo de Ramos) con la subida al Calvario entonando el Miserere y rezando al mismo tiempo las Estaciones y el Rosario. El Jueves Santo, poco antes del anochecer se volvía al Calvario cantando solamente el Miserere, terminando la función con el Christus factus est obro nobis y la oración Respice qad sumus super home familiam tuam. El Viernes Santo al salir el sol, partía una procesión desde la “Yglesia” que continuaba dando vueltas al mencionado Calvario con el solo rezo de las Estaciones. Por estos actos pagaba el pueblo de los Bienes Propios, dos Censos que tenia sobre si y que ascendían a la cantidad de siete sueldos más cuatro dineros por dos años (la mitad cada uno).

El calvario se encontraba ubicado aproximadamente en lo que es hoy la intersección de las calles Miguel Servet, Ronda y Santa Catalina, justo al lado de la ermita que correspondía a esa titular y muy cerca de donde estaba el Hospital del pueblo. Desde este mismo sitio también se celebraba cada tres de mayo, una ceremonia muy tradicional hasta hace unos años, la Bendición de términos. No hay que olvidar que este punto es el de mayor altitud de Villanueva con unos 263 mts., sobre el nivel del mar y sobre todo la importancia que tenía la agricultura en el pueblo hasta hace bien poco.

A finales de ese mismo siglo el párroco del pueblo escribía quejándose de que, a la hora de celebrar los oficios religiosos de estas fechas tenía serios problemas, debido a la poca fe que había entre el vecindario y a que los feligreses verdaderamente devotos, preferían coger el tren la tarde del Viernes Santo y marchar a Zaragoza para ver la procesión del Santo Entierro. Lo que no menciona el cura era la costumbre, bastante extendida entre los villanovenses, de acudir ese mismo día al Pilar antes de que dieran las tres de la tarde para pedirle algún favor a la Virgen, tradición que aun se sigue practicando y que consiste en la creencia de que si le pides tres deseos al Pilar cuando éste está descubierto, al menos se concede uno.

Hasta hace unos años recuerdo que las celebraciones eran muy austeras y tan solo se limitaban a los oficios dentro de la iglesia y la procesión del Domingo de Ramós con las grandes palmas que portaba el Ayuntamiento, por cierto era tradicional colgar las palmas en algunos balcones todo el año, lo cual debe tener algún significado mistérico como ahuyentador de los malos espíritus. También se decía que los ramos se quemaban y que con sus cenizas se impregaban en las cabezas de los fieles el primer miércoles de Cuaresma. Pero el rito más inolvidable eran las “carraclas” con estos artefactos de madera que asemejan a tacos golpendo una tabla, los chavales invadían el pueblo el mediodía de Viernes Santo convocando a los villanovenses a los oficios que eran seguidos por el Viacrucis, en el que los asistentes portaban unos magníficos faroles alumbrados por velas y que ahora han sido felizmente restaurados y rescatados.

Carlos Urzainqui, Domingo de Ramos de 2011

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